Miguel Urbina - Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después

Miguel Urbina en conversación vía Internet, el día 8 de julio del 2020

Cada día de mayo será publicada una entrevista por esta vía: Venezuela Heterogénea, en homenaje a Evio Di Marzo y su producción musical. Todo el mes va dedicado a Adrenalina Caribe, y también, a un antes y después: Sietecuero y el Kinteto Zalvaje (tal y como Evio lo escribía). 

Los relatos sobre Evio y su trayectoria musical, narrados por los músicos que integraron sus agrupaciones, así como por los productores, arreglistas, ingenieros y técnicos de sonido, amigos, artistas y testigos cercanos de lo que podríamos llamar un “acontecimiento musical”, se convierten en un extraordinario documento acerca de la calidad y el espíritu propios de gran parte de la producción musical surgida en Caracas desde finales de los años 1970, toda la década de 1980 y principios de los años 1990.

Miguel Urbina es un destacado percusionista, proveniente de Barlovento, del pueblo de San José, en Venezuela. Llegó a Caracas en la década de los años ochenta. Fue pupilo de Orlando Poleo. Formó parte de la Escuela de Percusión de Sarría. Urbina se ha dedicado a estudiar los ritmos afrocaribeños y afrovenezolanos. Ingresó en Adrenalina Cariberecomendado por su maestro Poleo, y conserva muy gratos recuerdos de su relación con Evio Di Marzo y con todos los músicos que conformaron en su momento esta fabulosa banda. Comparto con ustedes esta enriquecedora entrevista.


Por Beatriz Pantin

—¿Cómo comienza tu formación musical y cómo te haces parte de Adrenalina Caribe?

—Muchas gracias Beatriz por tu invitación. Soy de Barlovento, de un pueblo que se llama San José. Me comencé a formar allí con mi familia, con mi papá y mis hermanos que son músicos también. Como a los 14 años empecé a formalizar eso. Me vinculé primero con la música tradicional de la región y después fui estudiando la tumbadora, los tambores Batá y toda una rama de percusión más amplia.

En el año 1983 me vine a estudiar a Caracas, a la Universidad Central de Venezuela, a la Escuela de Geografía. Pero de alguna manera, ya después, todo decantó por la música. Había conocido a Omar Oliveros, el gran percusionista venezolano, como en el año 1981, y a Orlando Poleo, en el año 1982. 

Orlando Poleo en las tumbadoras, Carlos Sposito en el bajo y Evio Di Marzo en la guitarra / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo

De Poleo recibí instrucciones para tocar la tumbadora y de lo que en ese momento se conocía del tambor Batá, al igual que de Omar. Comencé a estudiar formalmente con Poleo en los Talleres de Sarría y allí se estableció una relación muy estrecha por la investigación de la percusión afrovenezolana. Me incorporé a un grupo que tenía Poleo y con Omar Oliveros me uní a la investigación de los tambores Batá. Luego entré en el conservatorio e hice estudios de la percusión sinfónica con Benigno Medina, y también con Totoño Blanco, que tocó con Sietecuero.

La primera vez que toqué con Adrenalina Caribe, lo hice por una invitación de Orlando Poleo para tocar tambores Batá. Había una pieza, “Yo sin ti no valgo nada”, que lleva tambores Batá

Tambores Batá de izquierda a derecha: Okónkolo, Iyá, Itótele / Foto: Cortesía de Harold Muñiz

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Recuerdo que hicimos una presentación en el Teatro Teresa Carreño y esa fue la primera vez que toqué con Adrenalina. Conocí a Evio y entonces conocía a algunos de los músicos que eran parte de Adrenalina. Conocía a Néstor Pérez, gran percusionista, y a Benigno que tocó conmigo en esa oportunidad. Ya él había tocado como invitado con Adrenalina los tambores Culo e’ Puya, creo que en el tema “Yo me quedo en Venezuela”. Entonces allí empezó mi relación con Evio y Adrenalina


Tambores Culo e' Puya de izquierda a derecha: Prima, Cruzao y Pujao

Cuando Poleo decide irse a hacer carrera en Francia, en París, allí me recomendó con Evio para que yo lo supliera tocando las tumbadoras. Antes de mí, habían probado otros percusionistas, pero quizá no estaban en total sintonía con lo que se quería en Adrenalina, porque el asunto es que ya Poleo –mi maestro en la tumbadora–, había dejado una estilística, una forma de abordar los temas que uno no puede llegar y cambiarla. Había que adaptarse a eso que estaba hecho. Entonces mi vinculación con Adrenalina Caribe se debe a Poleo.

Tema "Yo me quedo en Venezuela" subido en Youtube por Kinkalla visual

Yo no grabé los Culo e’ Puya en "Yo me quedo en Venezuela", los grabaron Benigno Medina, Omar Oliveros y Poleo. Sin embargo, todos estábamos vinculados al Taller de Sarría, con Poleo al frente. Alberto Borregales también fue muy importante. Fue parte esencial de Adrenalina.

El 3er LP de Adrenalina Caribe, fue una producción de Evio Di Marzo y Lorenzo Barriendos, y en la que participó Miguel Ángel Larralde, como ingeniero de sonido (Sonográfica, 1990)

Tema "Yo me quedo en Venezuela"

Letra y música: Evio Di Marzo
Arreglos: Lorenzo Barriendos y Evio Di Marzo
Trompeta: Gustavo Aranguren
Flauta: Pedro Eustache
Cuatro: Saúl Vera
Culo ‘e puya “pujao” y quitiplás: Benigno Medina
Culo ‘e puya “prima” y quitiplás “cruzao”: Omar Oliveros
Culo ‘e puya “cruzao” y quitiplás “pujao”: Orlando Poleo

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Adrenalina Caribe con los tambores Culo e' Puya / De izquierda a derecha: Yrvis Méndez, Orlando Poleo, Gerardo Rosales, Álvaro González, Evio Di Marzo, Rodolfo Reyes, Pepe, Alfredo Villamizar, Néstor Pérez, Eliazar Yánez, Roldan Peña y William Cabrera / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo

–Precisamente te iba a preguntar, ¿cuál es tu apreciación sobre la música que hacía Evio con Adrenalina? Sobre todo de la percusión...

Adrenalina tenía una configuración rítmica en la que estos percusionistas de Sarría: Orlando Poleo, Néstor Pérez y Alberto Borregales habían marcado una línea muy importante.

Yo grabé un último disco de Adrenalina, pero ese disco no salió porque ya Evio había roto la relación con Sonográfica. Recordemos que con Sonográfica, Evio tuvo muchos inconvenientes, digamos que por su posición irreverente, como era él, muy atípico a como eran muchos de los cantantes que estaban de moda en esa época en los ochenta, que eran muy ajenos a la realidad social, ecológica o cultural del país. En cambio Evio siempre estaba preocupado por la situación, por ejemplo, de los indígenas, quizá por sus estudios de Antropología

Lo cierto es que cuando yo ingreso a Adrenalina ya los discos estaban hechos y tenían una marca, un sello estructural. Así que en principio lo que hice fue adaptarme a las cosas que ya se habían creado. Para mí no fue tan difícil eso, precisamente por ser alumno de Poleo. Conocía bien su manera de tocar y la forma de afinar las tumbadoras

Las tumbadoras no se afinan siempre igual, se afinan distinto según lo que se vaya a hacer. Además, cada quien le imprime un sello personal. Entonces todas estas cosas las respeté porque formaban parte del sonido de Adrenalina Caribe. Era muy importante mantener eso.

Miguel Urbina en Musicanto (video subido en Youtube por Gustavo Aranguren), tocando "Niña hermosa""Adentro""Alguien espera por mi amor" y "África Caribe"...

Antes de fallecer, Evio me envió –15 o 20 días antes–, unas de esas grabaciones, donde yo hago un solo de timbal. Él me lo envió diciéndome: –'Recuerda esto que tenemos aquí. Tú eres un adrenalino'… (risas). Eso iba a salir con un sello de afuera. 

Ese disco se grabó en La Discoteca que estaba en Los Ruices. Le pregunté a Evio por el máster de esa música un día en la pizzería que tenía en La Florida. Él me invitó a comer ahí y hablamos... Pero entonces me dijo que no sabía qué se había hecho eso. Después, parece que recuperó algo. Lo cierto es que era un disco bien bonito también, porque Evio tenía tremendo gusto.

–¿Cuáles crees que son las particularidades musicales de Adrenalina Caribe? 

—Con Adrenalina no fue la primera vez que se introdujeron los tambores Batá en la música popular. En la salsa se había hecho, en el jazz se había hecho. Sin embargo, el asunto está en que Evio no podía ser considerado un cantante de salsa, ni Adrenalina, un grupo de salsa. Era música pop con un poco de funk y con estos elementos rítmicos, sobre todo del Caribe hispanoparlante. Un tema como “Yo sin ti no valgo nada” es un merengue, pero un merengue con tambores Batá. Entonces Adrenalina tenía su sello particular.

No era común que en la época se utilizaran los tambores Batá, sobre todo en los grupos de salsa, porque los esquemas de la salsa estaban muy impregnados de las estructuras que daba la industria musical. La industria musical siempre ha metido la mano en los productos artísticos tratando de buscar las cosas menos complicadas para que le lleguen a la mayor cantidad de gente. 

Adrenalina era uno de los grupos que rompía con esas cosas porque su rítmica era compleja y poco común. A la par, estaba diciendo que había otros caminos, a pesar de que había firmado con Sonográfica, una de las empresas que, junto a Rodven, tenían el monopolio de la producción musical y la venta. Entonces era difícil que los artistas de distintos géneros se escaparan de esas estructuras o, que estando dentro, pudieran hacer cosas distintas.

Los tambores Culo e’ Puya son tambores afrobarloventeños, son tambores del Congo que quedaron en Barlovento. Esos tambores pocas veces han sido incorporados en trabajos artísticos, porque esos ritmos no están dirigidos al bailador de salsa, a la persona que está acostumbrada a escuchar la música norteamericana. Se trata de una rítmica totalmente distinta que le obliga a uno a preguntarse qué tambores son esos, de dónde son y cómo se baila eso. Claro, Evio no estaba haciendo música tradicional con esos tambores. Estaba utilizando esa rítmica para sus composiciones. Entonces estos tambores eran una novedad dentro de la música pop. 

A veces se negaba la presencia de estos tambores y con Adrenalina, al contrario, se enviaba un mensaje muy importante, porque se trataba de nuestras herencias culturales africanas. Evio trataba de incorporar elementos que estaban, desde cierto punto de vista, negados en la sociedad. Por ejemplo, lo indígena, que incorporó con el tema “Selva del tiempo”.

–¿Qué significó para ti haber tocado con Adrenalina Caribe?

—Significó una experiencia muy enriquecedora. Cuando yo ingresé era uno de los más jóvenes allí y estaba tocando con músicos de una tremenda envergadura, con un gran nivel de exigencia. Además, se trataba musicalmente de un concepto con el que siempre me he sentido identificado, que es la búsqueda de cosas nuevas. 

Yo he venido también de tocar con el grupo Cimarrón, con Gerry Weil y con una serie de músicos que siempre han estado en la búsqueda de un nuevo sonido, de la vanguardia. Entonces con Adrenalina fue muy enriquecedor tocar con Eliazar Yánez, Alfredo Villamizar, William Hernández, Rodolfo Reyes, Glenn Tomassi, William Cabrera, Yrvis Méndez… 

Al frente Alfredo Villamizar en los timbales en Musicanto (video subido en Youtube por Gustavo Aranguren)

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Lo que sí tenía Adrenalina es que era impuntual hasta más no poder (risas). Evio citaba a un ensayo a las 10:00 am y empezábamos a ensayar a la 1:00 pm. En ese trajín, los que habíamos llegado temprano, empezábamos a descargar y estudiábamos. 

La experiencia con Adrenalina fue extraordinaria. Me gustaba mucho el tema “’África Caribe”, también “Muñeca de porcelana”, “De dónde viene tu nombre”, una belleza, porque se tocaban cosas que eran impensables. Por ejemplo, en “Muñeca de porcelana” tocábamos una comparsa. Todo esto fue para mí muy enriquecedor.

—¿Qué es lo que más recuerdas de tu relación con Evio y, en síntesis, con toda la agrupación?

–Mi relación con Evio siempre fue buena, siempre fue agradable. Evio era una persona afable, muy accesible. Además, escuchaba las observaciones. A veces yo le hacía observaciones sobre algunas cosas y él las tomaba en cuenta. 

Casi todos coincidíamos en que Evio estaba loco (risas). Pero era un loco sano, bueno, chévere. Nunca tuve problemas con él, ni siquiera en los momentos más tensos, en tarima. Los pagos y ese tipo de cosas siempre fueron excelentes y él procuraba que los músicos recibiéramos un trato de primera. 

Con el resto de los músicos, sobre todo los percusionistas como Alfredo VillamizarEliazar Yánez William Hernández, a pesar de que todos veníamos de mundos muy distintos, la relación fue muy estrecha. Con William yo venía del Taller de Sarría, del estudio del tambor Batá… Con Rodolfo Reyes, Glenn Tomassi y William Cabrera, con quien toqué muchos años en el grupo Cimarrón, igualmente. Con Yrvis Méndez coincidimos en el grupo Caracas son 7, con el cual viajamos a Sevilla. Después él se quedó en España. 

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La relación con todos estos músicos fue muy buena. Había unos más tremendos. Otros éramos más tranquilos (risas).

Luego yo decidí retirarme. Evio todavía tenía el estudio Fandango. Y me dijo: –‘Bueno, no te vayas todavía. Tenemos algunas presentaciones’. Y yo le dije que contara conmigo. Entre Evio y yo jamás hubo problemas por eso. Evio me invitó después a la otra pizzería que tenía en Los Palos Grandes.

Para mí Adrenalina Caribe fue un grupo afortunadamente atípico, un grupo que llevaba una propuesta musical única

Ojalá existieran más grupos en esa línea, que pudieran retomar esas ideas, seguirlas trabajando, porque allí hay mucho que pudiera seguirse desarrollando. 

Adrenalina era un grupo atípico y con esto me refiero a que de verdad la orientación de la música de aquella época era muy comercial, estaba en la onda norteamericana, extranjera. No tengo nada en contra de eso, sólo destaco ese aspecto porque no habla mucho de lo que somos nosotros, de esta complejidad cultural que somos. Adrenalina sí estaba en esa búsqueda.

Adrenalina Caribe / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo 

–¿Cuál crees que fue el aporte de Adrenalina Caribe?

Adrenalina jugó un papel muy importante y creo que está en el gusto de la gente que conoció a Adrenalina. También quedó en el buen gusto de los músicos. 

A veces los músicos trabajamos en cosas que no son tan interesantes, lo hacemos por trabajo. Pero a veces sí nos vinculamos a proyectos que son muy interesantes artísticamente.

Adrenalina logró construir una identidad desde la perspectiva de Caracas, y ese es el mensaje más importante que pienso que tuvo esta banda. 

Cada grupo debe buscar su identidad, además basándose en las cosas nuestras, que son muchísimas. Aquí hay mucha diversidad musical y muchas fuentes de las que podemos tomar.

Para mí fue un honor haber sido parte de Adrenalina Caribe y haber compartido tantas cosas con todos sus músicos y en particular con Evio Di Marzo.

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