En la foto de portada (de izquierda a derecha): Orlando Poleo en las tumbadoras, Carlos Sposito en el bajo y Evio Di Marzo en la guitarra / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo
Esta excelente entrevista con Orlando Poleo fue realizada el 28 de diciembre de 2018, vía Skype París-Caracas (desde Contrapunto).
Orlando Poleo es un reconocido percusionista de amplia trayectoria nacional e internacional. Fue fundador, junto con Evio Di Marzo, de la banda Adrenalina Caribe. Desde sus inicios, a finales de los años setenta y comienzos de los ochenta, suman 40 años de Adrenalina hasta hoy, y hasta la grabación del último LP, "Evio Di Mazo y su Adrenalina Caribe - Bio Bio", publicado en el año 1990, suman casi 40 canciones compuestas por Evio,que con el aporte de primera mano de Poleo, y también de otros músicos talentosos, consiguen darle un sello particular y una trascendencia a la música de Adrenalina Caribe. "Yo puedo reafirmar eso de que Adrenalina tenía su estilo, con muchas influencias, pero era Adrenalina".
—En Sarría existía una escuela de percusión que influyó a muchísimos músicos y de la cual eras parte fundamental. Evio también conoció esos espacios y además vivió en Sarría durante un tiempo. ¿Cómo se conocieron ustedes? ¿Cómo nace Adrenalina Caribe?
—Yo estaba tocando en un local –en el Chucky Lucky–, con un
grupo, y Evio estaba tocando allí también con otro grupo. El conguero ahí era Oscar Rojas y él no podía tocar, y como eran dos días seguidos, Evio le dijo: –'Oye,
¿por qué no le dices a ese chamo?', y ese chamo era yo, que iba a cumplir 15
años y tocaba con permiso de menor y todo eso. Al día siguiente, iba para
mi liceo. Entonces esperaba la camionetica que arrancaba a las 5 de la mañana y me
quedaba afuera esperando, y en eso Evio me ve y me dice: –'Chamo, ¿mañana tú estás libre?,
para que hagas los dos grupos', y yo le dije: –'Ok', 'y ¿para dónde vas tú?', me
dijo...
El papá de Evio tenía en Sarría un apartamento ligado a una empresa y él se quedaba ahí a veces. Entonces esas son casualidades. Él
estaba cerca de una zona que se llama Los Cortijos de Sarría y yo estaba a una
cuadra después de la Contraloría, en la calle San Fidel, al frente del mercado de
Guaicaipuro. Él me daba la cola y empezamos a hablar...
Pasó un tiempo y Evio me dice:
—Oye, yo tengo una idea, ¿tú has oído hablar de Sietecuero?”, y yo le dije que sí... Estamos ahí pa’ ver si volvemos, pero eso realmente es muy difícil. Hay un proyecto de hacer una música para una publicidad. Vamos a hacerla con Sietecuero y yo voy proponer que estés tú...
La hicimos. Era una cosa relacionada con la basura, pero no siguió... Después Evio me dijo: —Yo tengo una idea de hacer un grupo, ¿tú le echarías conmigo?”, y yo le dije, bueno... Pienso llamarle Adrenalina, Adrenalina Caribe...
Uno de los primeros programas de Adrenalina Caribe (año 1980) / Integrantes: Evio Di Marzo, Melissa Griffits, Carlos Sposito, Orlando Poleo, Pablo García, Jesús Manzanares y Eliazar Yánez
De izquierda a derecha (arriba): Carlos Sposito, Melissa, Alberto Borregales y Evio Di Marzo, abajo: Orlando Poleo y Ramón Grillet / Foto: Marietta Pérez (Cortesía Rossana Di Marzo)
Empezamos a tocar y Evio tenía a Sergio Pérez en el violín, a Melissa que hacía coro, a su compañero de la época, Carlos Sposito (bajista), y a Alberto Borregales en los timbales. Entonces yo llevé a un bongosero de Sarría, a Chucho Manzanares. Después, las cosas fueron cambiando entre los músicos antes de grabar el primer disco que fue en el año 1981.
En el 1er LP, "Pico y pala", producido y publicado entre 1981 y 1982, se incorporan (foto de portada): Carlos Puchi, Néstor Pérez, Maribel Vila y Sergio Pérez, entre otros músicos como Ilan Chester y Ezequiel Serrano, que participan en la producción musical del disco, Javier Anguera y Felipe (Mandingo) Rengifo, que participan en la grabación, así como Alberto Slezynger que graba la voz ambiente al final del tema "Pico y pala"... Con Evio Di Marzo, Orlando Poleo y Alberto Borregales
Evio venía de una onda con Sietecuero,como de rock latino, y yo venía con toda la influencia del barrio. Él ya sabía de eso porque él tocó con percusionistas de San Agustín. Estaba acostumbrado a eso, a la fusión.
Evio decía: —Tengo este tema... Y entonces él me cantaba los temas, y yo lo acompañaba y le decía: —Oye, a esto le cabe este ritmo, este ritmo puede ser así y así... Siempre comenzamos por sus composiciones. Básicamente Evio tenía las ideas musicales y yo le agregaba los ritmos. Por ejemplo, una canción que funcionó muchísimo, “Yo sin ti no valgo nada”, él la tocaba primero con la guitarra... —Mira esto Orlando... Y yo le decía: —Eso puede ser un merengue... Luego Evio me decía:
—¿Ah sí?, dale ahí pues, y yo tocaba el merengue...
Muchos de los temas que se grabaron y se tocaron, comenzaron así. Esa es la realidad, e incluso parte de los músicos se iban cambiando, y yo le proponía también la participación de algunos de los músicos.
—¿Cómo hicieron
para engranarse teniendo formaciones musicales distintas? Evio decía que Adrenalina “no era salsa, no era rock, no era pop, no
era jazz, era Adrenalina”… ¿Qué piensas tú?
—Yo pienso que Evio tenía toda la razón, porque Adrenalina no era salsa, tampoco era rock latino ni jazz latino, sino que tenía influencias de muchas
cosas. Eso es muy cierto. La
batería siempre tenía que tener algo como rock. En “Yo me
quedo en Venezuela” se incorpora el Quitiplás y el Culo e' Puya de Barlovento y la
batería va llevando el ritmo como si fuese rock pero en 6x8, y con los tambores
afrovenezolanos marcando. Hay un cuatro también en ese tema.
Por otra parte, Evio cantaba a su
manera. No era sonero como un cantante de salsa, tampoco era un cantante de
pop. Él estaba influenciado... Me hablaba mucho de Pablo Milanés y Silvio Rodríguez, y me
imagino la inspiración de la guitarra por esos lados, porque él hablaba mucho
de eso. Cuando fuimos para Cuba con Adrenalina, años después, él estaba muy emocionado, de hecho Pablo
estuvo en el concierto de nosotros. Fue toda una nota musical muy chévere.
Entonces pienso que Evio tenía toda la razón, y creo que eso sirvió, porque hay cosas bonitas a través del tiempo en las que, para otras generaciones, Adrenalina forma parte de los grupos como inspiración.
—Al pensar en todo el repertorio de los cuatro discos
publicados por Adrenalina, uno podría asegurar que hay variedad en todo
sentido de la palabra. No existe lo monótono, desde ningún punto de vista, ni siquiera en una misma canción. También existe la participación de muchos músicos donde se incorpora el aporte de cada uno...
—Sí, de hecho en el tercer disco yo le exigí a Evio y le dije: –'Mira, en esas composiciones tú tienes que ponerme como arreglista de los ritmos, porque son ideas mías'. Entonces, a partir como del tercer disco, salgo yo en
los arreglos, porque había una cosa muy chévere en el grupo y era que siempre había
una mecánica de amistad.
Hay temas por ejemplo donde Ezequiel Serrano metía la parte
de los metales, y Rodolfo Reyes, ideas así, ¿ves?, '¿y si hacemos esto?'… Pero siempre antes de meterle el resto, Evio ya tenía las canciones. Él
llegaba y tocaba ‘de dónde viene...’, y tocaba ‘caminando vi...’, y tocaba..., y entonces
yo le decía: ‘Vamos a meterle chachachá aquí’.
Había cosas que siempre me daban mucha risa porque con eso de la clave, él no estaba muy claro. Entonces yo le decía: —Evio, ahí, como tú la hiciste, si la hacemos así, va a tener problemas de clave... Él se quedaba así pensando, y me decía: —Coño Orlando, pero es que está pensada así, y yo le decía: —Sí, pero es que con la clave no cuadra... Entonces teníamos que ver si le agregábamos un compás más o le quitábamos, '¡ah!, así sí', y eso era entre nosotros dos...
Después, Evio citaba a todo el mundo para tratar las líneas de
bajo y la armonía, y así se montaba. Pero ya había
una idea básica entre los ritmos. Él tocaba y me
decía: –'¿Qué piensas?'. Por ejemplo, hay una canción que se llama “Muñeca de
Porcelana”, y yo le dije: –'Eso es una conga, una comparsa cubana'. Y así la
grabamos, ¿ves? Claro, Evio la escuchaba, no es que eso era así porque yo lo
decía, sino que yo le decía: –‘Mira esto’, y él decía: –‘¡Eso está perfecto!’. Después
agregábamos más cosas, y decíamos: –'Aquí le hacemos esto o lo otro'. Incluso, si ves los
créditos, hay canciones donde yo toco más de 4 o 5 instrumentos de percusión, y así prácticamente se montó todo ese repertorio.
En cuanto a los músicos, también había una coordinación entre nosotros. Cuando se va Carlos Puchi, yo meto a Yrvis Méndez, y así sucesivamente... Había mucha confianza entre nosotros dos, porque en Venezuela hoy día, como hay más información, se puede conseguir músicos que manejen muchos estilos, pero eso no pasa en todos
lados, y en Venezuela había gente que era muy fuerte en rock, pop, y salseros
bravos.
De hecho, de todos los bateristas... Enrique Santana era más rockero, Eliazar Yánez era un tipo súper abierto y tocaba de todos los estilos, no era tampoco un baterista de salsa. Pimentel era timbalero de Oscar D’León, pero a él lo que le gustaba era el rock y su instrumento era la batería. Gerardo López pasó por ahí también y era un tipo súper abierto. Todos los bajistas que tocaron ahí, tenían también más o menos esa onda para que pudiesen fusionar y funcionar en todos esos estilos.
—¿Cómo te sentías entre esos mundos tan distintos que se
conjugaron en Adrenalina, en lo social, en lo cultural...?
—Esa pregunta es interesante porque era realmente eso: son
mundos. La mayoría éramos venezolanos pero de mundos diferentes. Esa es una realidad que no se
puede esconder. Eso siempre ha sido así, porque por ejemplo mi realidad y la realidad de Evio no eran las mismas, incluso, a veces chocábamos con conceptos porque veníamos de mundos
diferentes.
Te voy a contar una anécdota, una vez veníamos y Evio me dice:
—Coye, a veces me da la impresión de que tú has sufrido mucho, por tu entorno… Y yo le dije: —¿Tú sabes cómo es la cosa? Estás completamente equivocado. Tú no tienes ni idea del amor en el cual yo vivo... Y Evio entonces se quedó así (risas). Evio era un personaje, eso me gustaba mucho, porque él se quedaba así, y me decía: —¡Ah coño!, no sabía... (risas)
Te voy a contar otra cosa que se lo conté al morocho, creo
que a Rogelio. Él fue con alguien a hacerme una entrevista y él se emocionó, claro, es normal, porque son padre e hijo...
Evio me pedía que lo acompañara a las entrevistas de radio. Eso tiene que ver con la lírica, lo que te voy a contar ahorita...
Yo aprendí mucho con él de todo eso. Evio me llevaba a mí como 8 años, cuando lo conocí yo tenía como 16 años y él tenía como veinte y pico de años. –‘¿Me quieres acompañar?’, y había una radio llamada Aeropuerto, y el director de la radio era un cubano, y entonces llegamos, y yo estoy al lado de Evio, y el tipo nos decía: —‘Esto está muy rojo’ (risas). Le decía: –'¿“Pico y pala”? No chico, ¿qué es eso?' (risas), y yo al lado lo veía así... (risas). Fíjate ese tema “Que esperanza”, nos decía el tipo (risas)... 'Mira, vamos a poner de “Pico y pala”, “Corazón moro”, esa es la que se puede promocionar porque las otras están muy rojas'...
Entonces cuando salimos, yo le pregunté: Evio, '¿por qué ese señor habla así?', entonces él me explicó, porque Evio siempre fue izquierdoso, él tenía sus ideas…
En “Que esperanza”,cuando íbamos a grabar, me acuerdo que el
productor de Discomoda le dijo: –‘Evio, tú
no puedes mencionar eso’. En la canción decía: ‘AD le dice a COPEI y COPEI le
dice a AD’. Y Evio le decía: –'Si esa es la canción, ¿cómo yo la voy a cambiar?', y él le decía de vuelta: –'Es
que eso nos va a meter en un peo' (risas)… 'Yo no te pido que no la grabes'. Creo queEviola cambió por algo así: 'el verde le dice al blanco, el blanco le dice al verde', tú sabes, pa’ no..., y yo todo eso lo aprendí con él, todos esos mensajes.
"Corazón moro" era una canción romántica, pero tenía su mecánica fuerte, y también, una armonía muy bonita, porque a veces no se habla sino del aspecto de los cambios rítmicos, pero armónicamente Adrenalina también tiene sus lados interesantes. Evio componía sus canciones porque tenía la facilidad de la guitarra, y ya venía con todos esos elementos. Evio también fue muy abierto a los aportes.
Yo estaba influenciado por el
grupo Sabañón, mi maestro fue un saxofonista que tocó ahí también, con
Adrenalina. Ese fue el primer saxofonista del grupo, Pablo García, y él me
influenció poniéndome John Coltrane, Miles Davis, y esas cosas de jazz, siendo
yo un muchachito. Ese es mi maestro, yo lo llamo mi maestro musical, este
saxofonista Pablo García.
Gracias a eso, me gustaban otras cosas, entonces ya yo venía un
poco envenenado gracias a ese grupo llamado Sabañón y también teníamos un grupo llamado
Autana en el barrio, que era fusión, y cuando yo conozco a Evio ya yo
tenía un poco esa onda que también caracterizó a Adrenalina.
—Adrenalina llevaba una dinámica y un mensaje de inclusión. Por ejemplo, llevaron su música a las cárceles. Simultáneamente, iban a la televisión, hacían conciertos por toda Venezuela y se presentaron en el exterior. ¿Cómo fueron todas esas experiencias?
—Fuertes. Yo tenía como 18 años, era un chamo, y tuvimos que tocar como siempre tocamos, pero era un
público diferente. ¡Imagínate la cárcel de mujeres! Creo que el primer toque fue
en la cárcel de mujeres. Fue tremendísimo porque nosotros tocamos y entonces
después la idea era compartir con los presos, pero en el primer concierto, eran
mujeres. Había música y casi todos tuvimos que bailar, y nos sacaban a bailar.
Había un aspecto social interesante. No era tocar, nos fuimos y cumplimos, no.
Aparte del concierto, teníamos que compartir, esa era la idea. ¿Cuándo
nos vamos? No, todavía no (risas)...
Los grupos contaban con una maquinaria de apoyo increíble, porque las disqueras estaban conectadas con la televisión. Por ejemplo, a Evio, como las presentaciones por televisión eran playback y había que doblar, no le gustaba que le mandara a alguien. Él no entendía que le
mandara a alguien. A él no le gustaba eso, y yo le decía: –'Pero ahí puede ir
cualquiera, es decir puede ir un alumno mío bueno, que se aprenda la canción', y
me decía: –'Sí, pero la imagen'...
Nosotros viajábamos también mucho, muchísimo. Viajamos muchísimo por toda Venezuela e hicimos también viajes internacionales y festivales importantes como el de Cartagena, en Colombia. Tocamos en Colombia en un Estadium ante 25 mil personas. Tocamos en el Carlos Marx, si no el espacio más importante, uno de los más importantes de Cuba, y tocamos en el Tropicana. Éramos el segundo grupo en los 50 años del Tropicana, eso fue en el año 1989.
Fuimos parte de una de las décadas que más marcó. Eso que pasó entre los ochenta y parte de los noventa. Fue muy impactante y ha servido. Por ejemplo, doy clases en muchas partes y hay venezolanos que cuando me hablan de Adrenalina, me expresan: –¡No vale, Adrenalina!, nosotros aprendimos eso...
—Evio comenta que Adrenalina grababa en vivo, con todos los
músicos en el estudio… Mientras que el público dice que los conciertos de Adrenalina eran una experiencia única por la calidad y la fuerza de todo el performance...
—Esa fue otra cosa que Adrenalina hizo, que no muchos grupos hicieron: grabar con todos los músicos en el estudio. Eso fue violento, tremendo reto. Ese es un reto para cualquier músico y, para ese entonces en que nosotros grabamos, no había esa tecnología de hoy día que hasta alguien que desafine se puede arreglar. Cuando nosotros grabamos, fue un reto increíble. El tema "África Caribe" lo grabamos en vivo. Eso que se oye ahí, somos todos en el estudio, no fue uno por uno. Esa canción que tú acabas de mencionar, "África Caribe", también me trae muchos recuerdos y una de las razones es esa.
—¿Qué otras canciones recuerdas?
—Bueno hay varias. Todas tuvieron su historia, su fuerza... Y en vivo generaban emoción con el público. "Selva del tiempo" es una canción que impactó muchísimo y tenía una fuerza cuando se tocaba. "Muévete" también era fuerte.
Tema "Muévete" (*)
Cuando tocábamos "De dónde viene tu nombre", todo el mundo bajaba así como… Tenía su impacto romántico, profundo...
“Yo sin ti no valgo nada”, por ejemplo, es un merengue que tiene adentro unos tambores batá y eso tiene un lado innovador para esa época en que se grabó. Hay un grupo en Puerto Rico llamado Batacumbele que grabó una cosa así, una cosa así con batá, pero no hay muchas experiencias, y esa es una canción también que me llena mucho por cómo nació y ese experimento que hay ahí dentro que es un merengue, podemos decir entre comillas, comercial. Ese fue un tema que tú sabes que gustó muchísimo, se pasó muchísimo en la radio, en la televisión. Hay gente inclusive de otra generación que no sabe que yo toqué ahí. 'Esa canción yo la he oído, yo la oí desde chamo: ¿Tú tocas ahí?'... (risas)
Evio Di Marzo y Orlando Poleo / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo
—¿Qué fue lo más bonito que te transmitió Evio?
—Lo más bonito que Evio me transmitió fue su amor y su
transparencia. Cuando yo me fui del grupo, a él le pegó muchísimo, porque entre nosotros había esa
fusión de amistad y de amor. Yo me salí del grupo, y después, al año, me vine para
Francia y, siempre, cada vez que yo iba para Venezuela, nos veíamos. Ahí tú puedes
ver la importancia de las personas cuando se quieren. Él pasaba a veces con la
moto por Sarría, y cuando tuvo las pizzerías, los proyectos, yo tocaba en sus locales.
Recuerdo muchas cosas que él hizo que transformaron cosas que a veces la gente no menciona. Yo mencioné esto después de su muerte, porque se hablaba de eso y de los cambios, y ese día me acordé mucho de cómo él defendía la cuestión del grupo.
Una vez –y eso te lo digo porque nosotros
estábamos allí–, estaban Sonorodven y Sonográfica con las presentaciones por televisión y eso se acumulaba y
no pagaban cuando tenían que pagarlas. –'¡Coño, Evio!, ¿otra televisión más?', le decíamos. Estábamos
ensayando en Fandango y nos quedamos tomándonos un café. Después de que
ensayamos, él los llamó y les dijo: –'Los músicos están que no quieren
hacer más videos, más televisión, porque no sale el pago'. Eso fue idea de él en
defensa de la problemática. Eso generó que Sonográfica aumentara y pagara al
día porque hizo un cambio para todos, que yo lo dije, y se lo dije a su hermano: –'Eso fue gracias a Adrenalina, a Evio Di Marzo', porque la cosa fue por ahí. Eso
te lo cuento como anécdota porque me parece importante por lo que cumplió Evio
con Adrenalina, por lo que cumplió Evio como ser humano.
Evio forma parte de mi crecimiento musical ligado a la amistad. Las cosas que te he contado, que se salieron un poco del aspecto musical, es porque es difícil separar eso de la parte personal, de la parte humana. De hecho, ese aspecto humano yo lo mantengo en mi grupo que tiene 23 años, lo mantengo en la relación con mis alumnos, porque allí Evio y yo teníamos eso en común. Si queremos llegar a una idea, a algo concreto, no puede ser nada más de un solo lado, entonces nosotros mostramos también un grado de tolerancia importante, porque uno está siempre ensayando, uno está siempre compartiendo...
Todas las veces que fui a Venezuela, veía a Evio, porque nosotros nunca perdimos nuestra amistad. Siempre quedó ese amor entre nosotros. A mí me pegó muchísimo lo de Evio, puedo decirte que me pegó como un familiar y yo sabía que el amor de nosotros tenía ese nivel en el que uno se pierde y la magnitud se transforma y crece...
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