En la foto de portada del 2do LP de Adrenalina Caribe (de izquierda a derecha): Orlando Poleo, Evio Di Marzo, Alberto Borregales y Carlos Puchi
La entrevista con Alberto Borregales fue realizada el 7 de noviembre de 2018 en la Editorial Contrapunto, en Caracas.
Alberto Borregales es un reconocido timbalero y percusionista. Fue un integrante fundacional y fundamental de Adrenalina Caribe. Actualmente es director de la banda Laberinto Latino. Borregales es también profesor, y egresado en Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Lea también Bartolomé Díaz - Serie "Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después"
Conozco a Orlando Poleo, y Poleo me hace inmediatamente la propuesta para integrar Autana y dar clases en Sarría. Orlando venía de una agrupación, Sabañón, donde estaba Pablo García, un saxofonista muy bueno, esposo de Antonieta Colón. Ellos dos hacen a su vez una agrupación que se llamó Cobra. Se pone bien heavy el planteamiento y empezamos a trabajar con la lírica de Evio, y construimos “Pico y pala”, “Corazón moro”, “Amayana”, una cuestión muy antropológica de Evio, y empezamos a ensayar lo que después iba a ser el segundo disco. Por primera vez oigo “Selva del tiempo” en bosquejo.
2do LP de Adrenalina Caribe, repertorio: "Yo sin ti no
valgo nada", "La espuma", "Era nuclear", "Tiempo libre", "Sueño
erótico", "Nunca te
olvidaré", "Selva del
tiempo", "No es fácil
amar a una mujer", "Dulce y
amarga"
Adrenalina Caribe en el antiguo retén de El Junquito / Foto cortesía: Alberto Borregales
Los tipos se quedaban sentados viéndonos a nosotros, y estaban vacilando la actividad, y era una manifestación totalmente diferente a nivel corporal de la que hacíamos en Mata de Coco, en la que había un público mucho más exquisito, mucho más selectivo.
Todo se hizo, no en el plano de la carencia ni de la demanda de cariño, sino desde el deseo, desde la voluntad de poder, no viendo el deseo como carencia, como tradicionalmente se ve en Occidente, sino el deseo como voluntad de poder. Era competir cada quien consigo mismo, autosuperarse permanentemente y distanciando el espíritu de la pesadez de valores subalternos como la desidia, la intriga, la venganza, el chisme...
(*) "Amayana", del 1er LP de Adrenalina Caribe, año 1982 (*), track subido en Youtube por José Cheo Guevara
(**) "Merenfunk", del 4to LP de "Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe - Bio Bio", año 1990, track subido en Youtube por Kinkalla visual
(***) "La espuma", del 2do LP de Adrenalina Caribe (***), video subido en Youtube y elaborado por Caffeinopolis
(****) "Selva del tiempo", track subido en Youtube por noesfm online
La entrevista con Alberto Borregales fue realizada el 7 de noviembre de 2018 en la Editorial Contrapunto, en Caracas.
Alberto Borregales es un reconocido timbalero y percusionista. Fue un integrante fundacional y fundamental de Adrenalina Caribe. Actualmente es director de la banda Laberinto Latino. Borregales es también profesor, y egresado en Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Aquí va esta excelente entrevista con un testigo de primera mano que nos pone en el contexto de lo que fueron los cimientos de Adrenalina Caribe, y la importancia de la fusión rítmica y la búsqueda artística y musical, pero también social, tan particular, que tuvo esta banda...
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Por Beatriz Pantin
—Formaste parte de Sietecuero,
una agrupación de finales de los setenta, que
publicó un disco titulado “Rojo Sangre”, grabado en Puerto Rico. En ese álbum, la
única canción que compone y canta Evio Di Marzo, que era el baterista de la
banda, se llamó “Arrabalera”. ¿Qué recuerdas de ese momento?
—La inclusión allí de las células
ritmáticas es lo esencial. Trabajamos, previo a la grabación en Puerto Rico, la
estructura que íbamos a montar. El aporte de Bartolomé Díaz con la parte
flamenca aunada a la guitarra de 12 cuerdas de Evio generó una especie de
balada pop, con una letra muy particular que, como todas las de Evio, fueron letras
muy particulares, llenas de pulsiones libidinales de sus experiencias, también
de espacios disonantes que hicieron que las células ritmáticas se acompasaran
con el acompasado de las letras.
En consecuencia, se somete a consideración una tumbadora con ritmo a caballo que sería más o menos… ‘Mañana estaré, sentado donde siempre…’, como un galope, y se suaviza ese galope con la inclusión del bongó, un bongó muy criollo, al estilo de los sones cubanos de los años cincuenta, del siglo pasado, y se logra formar esa estructura y se lleva posteriormente a Puerto Rico.
En consecuencia, se somete a consideración una tumbadora con ritmo a caballo que sería más o menos… ‘Mañana estaré, sentado donde siempre…’, como un galope, y se suaviza ese galope con la inclusión del bongó, un bongó muy criollo, al estilo de los sones cubanos de los años cincuenta, del siglo pasado, y se logra formar esa estructura y se lleva posteriormente a Puerto Rico.
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Hay bastantes controversias
con "Arrabalera" porque no se pensaba grabar ese tema más que todo por la cuestión de lo relacionado a la cantautoría de Yordano Di Marzo, y hay un solo tema de Alberto Slezynger que es “Chanchullo”, el más largo de todos. "Arrabalera" sale de segunda del lado A del acetato, por aportes del ingeniero de sonido Fred Weinberg, el aporte de Bartolomé
Díaz, y la inclusión del bongó que le da como una especie de disonancia ditirámbica
ante todo lo que pudiera ser apolíneo en la estructura.
Álbum "Rojo Sangre", de Sietecuero, año 1978, en contraportada, de izquierda a derecha: Giordano Di Marzo, Totoño Blanco, Alberto Borregales, Evio Di Marzo, Alberto Slezynger, Bartolomé Díaz y Rafael Figliuolo
—Luego de que se publica el disco,
Sietecuero se disuelve pero se va conformando simultáneamente Adrenalina
Caribe. ¿Cómo fue tu inclusión en Adrenalina? ¿Qué recuerdas de ese movimiento musical que se fue dando también desde el estudio
que Evio montó en La Florida de nombre “Fandango”?
—Sietecuero
graba en 1978, y ya había tenido unas presentaciones anteriores. Incursionamos en
el ambiente entre 1979 y 1980, y se disuelve. Alberto Slezynger se va a Nueva
York, a estudiar o a dar clases de economía, Yordano estaba en arquitectura, Rafucho,
el bajista, estaba en arquitectura, Evio estudiaba antropología y yo estaba en
filosofía y letras. Totoño estaba incursionando en la parte pedagógica musical,
y Bartolomé estaba con la guitarra clásica. Se desmiembra el grupo, luego de
tertulias impresionantes en la conformación de los temas –debido a la
profesionalidad de cada quien–, y en donde aparecían algunos retazos arquitecturales de Yordano y de
Rafucho, algunas reflexiones de antropología de Evio, de economía muy
específicas de Slezynger, y de filosofía y literatura en el caso mío.
Se disuelve Sietecuero y empezamos a incursionar
cada quien con una propuesta. Recibo la propuesta de Yordano, para su trabajo
como solista, recibo también la propuesta de Slezynger, y Evio me dice:
—'Mira, yo estoy ensayando con unos muchachos en Sarría, allí hay un conguero. Allí hay un taller de arte integral Sarría, podrías vincularte y conocer... Si quieres vas un día al ensayo a ver si te gusta lo que estamos haciendo'...
Fui a Sarría. En
ese momento, cuando hago aparición, está ya Orlando Poleo, está Néstor
‘Nestico’ Pérez, del grupo Autana de Sarría, un grupo de pura percusión.
Incursiono con ellos. Está Melissa Griffits, Carlos Sposito, el novio de Melissa, el bajista, y empezamos a
tocar los temas de Pico y pala.
Lea también Orlando Poleo - Serie "Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después"
Recuerdo que la primera canción que ensayamos fue “Pico y pala”. Después ensayamos “Corazón moro” que era más o menos en aquel momento, en aquella instancia epocal, algo parecido a “Arrabalera”, pero más madurado. ‘Mi corazón fue hecho para ti...', la primera frase de la canción que resultó más estilizada y en la que había como una maduración de Evio. Ya no estaba la parte disonante de “Arrabalera” que estaba bien cargada de márgenes. Y aquí, en este momento, vemos a Evio como más racional. Él está pensando en un disco, y empezamos a ensayar...
Después de que ensayamos, Evio me dice:
—Mira, encajaste bien, ¿qué te parece?...
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Recuerdo que la primera canción que ensayamos fue “Pico y pala”. Después ensayamos “Corazón moro” que era más o menos en aquel momento, en aquella instancia epocal, algo parecido a “Arrabalera”, pero más madurado. ‘Mi corazón fue hecho para ti...', la primera frase de la canción que resultó más estilizada y en la que había como una maduración de Evio. Ya no estaba la parte disonante de “Arrabalera” que estaba bien cargada de márgenes. Y aquí, en este momento, vemos a Evio como más racional. Él está pensando en un disco, y empezamos a ensayar...
Después de que ensayamos, Evio me dice:
—Mira, encajaste bien, ¿qué te parece?...
Primera conformación de Adrenalina Caribe, año 1980
Conozco a Orlando Poleo, y Poleo me hace inmediatamente la propuesta para integrar Autana y dar clases en Sarría. Orlando venía de una agrupación, Sabañón, donde estaba Pablo García, un saxofonista muy bueno, esposo de Antonieta Colón. Ellos dos hacen a su vez una agrupación que se llamó Cobra. Se pone bien heavy el planteamiento y empezamos a trabajar con la lírica de Evio, y construimos “Pico y pala”, “Corazón moro”, “Amayana”, una cuestión muy antropológica de Evio, y empezamos a ensayar lo que después iba a ser el segundo disco. Por primera vez oigo “Selva del tiempo” en bosquejo.
"Amayana", del 1er LP de Adrenalina Caribe, año 1982 (*)
—Cuando comienzan a ir a “Fandango”, empiezan un trabajo en colaboración. Háblanos de la manera en la que trabajaban en conjunto...
—En el primer disco, el tema
“Que esperanza”, es importantísimo, porque yo recuerdo que estaba militando en
células de ultraizquierda en la universidad, y Evio también simpatizaba en la
Central, en antropología, con algunas células de izquierda. Yo estaba en el
comité de luchas populares en el CLP. Nunca nos vimos en las manifestaciones, pero yo sí salía con los demás estudiantes a las Tres Gracias a enfrentarme con el aparato represivo.
El aparato represivo siempre ha estado presente y “Que esperanza” tiene que ver con ese aparato represivo, incluso, antes de la tragedia de mi hermano Evio, yo le había planteado a él que teníamos que tocar ese tema y “Merenfunk” que tenía que ver con el 27 de febrero. Y a él le encantó esa idea.
El aparato represivo siempre ha estado presente y “Que esperanza” tiene que ver con ese aparato represivo, incluso, antes de la tragedia de mi hermano Evio, yo le había planteado a él que teníamos que tocar ese tema y “Merenfunk” que tenía que ver con el 27 de febrero. Y a él le encantó esa idea.
"Merenfunk", del 4to LP de "Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe - Bio Bio", año 1990 (**)
Claro, siempre oscilamos por
la parte comercial porque él también necesitaba penetrar la industria
discográfica, combatientemente, porque él tenía que imponer sus ideas. Su
lírica no era muy bien acogida por la industria cultural, sin embargo, logramos
grabar cosas bien importantes que Evio deseaba exponer.
Con respecto a la parte
creativa en conjunto, bueno, yo siempre simpaticé con las células ritmáticas
afrocubanas. Empecé a estudiarlas desde el punto de vista
filosófico-literario. Me vinculé a la poesía en esa tendencia, sobre todo a
Nicolás Guillén, y eso me llevó a penetrar esas redes de rítmica. Ya eso se
venía dando desde antes con el primer disco de Adrenalina Caribe, pero se
fundamenta posteriormente en el trabajo en conjunto que llevábamos a cabo Evio
y yo, a veces, en planos de soledad.
Evio me decía:
—Mira, tengo este tema, ¿qué crees tú que podemos agregarle aquí?...
Es decir ¿cuáles serían las células ritmáticas que pudiéramos inscribir en este tema? Entonces ahí venía el trabajo reflexivo, meditativo, muy laborioso, porque nos paseábamos por todas las células ritmáticas, fundíamos células ritmáticas que son originarias, las fundíamos en conjunción, y eso le empezó a gustar. Teníamos sesiones con Orlando Poleo también en la conformación de esas células ritmáticas para el aporte de la tumbadora dentro de Adrenalina Caribe, y la parte del rock que Evio trataba de engranar con esas células ritmáticas. Eso empezó en Sarría, cuando él tenía allí su vivienda.
Evio me decía:
—Mira, tengo este tema, ¿qué crees tú que podemos agregarle aquí?...
Es decir ¿cuáles serían las células ritmáticas que pudiéramos inscribir en este tema? Entonces ahí venía el trabajo reflexivo, meditativo, muy laborioso, porque nos paseábamos por todas las células ritmáticas, fundíamos células ritmáticas que son originarias, las fundíamos en conjunción, y eso le empezó a gustar. Teníamos sesiones con Orlando Poleo también en la conformación de esas células ritmáticas para el aporte de la tumbadora dentro de Adrenalina Caribe, y la parte del rock que Evio trataba de engranar con esas células ritmáticas. Eso empezó en Sarría, cuando él tenía allí su vivienda.
Cuando fuimos al sótano de La
Florida, a Fandango, se hicieron más acentuados los trabajos. Ya había una
maduración de Evio, y se conforma el segundo disco. Sale “Selva del tiempo”,
sale “La espuma”, sale la “Era nuclear”, salen temas muy polémicos, bastante
polémicos, que se manifiestan después en la presentación en vivo.
"La espuma", del 2do LP de Adrenalina Caribe (***)
Todas esa consonancias y
disonancias de la estructura que estábamos creando empiezan a generar una
retroalimentación y el público no entiende qué es lo que está pasando, y dice: 'ahí
hay algo extraño', porque todo el mundo está acostumbrado a lo horizontal y vertical, pero le cuesta mucho pensar las cuestiones transversales, y nosotros estábamos haciendo transversalidad desde la perspectiva de la
unificación de todas esas células ritmáticas: el rock con lo afrocubano, o con
lo ritual también del área afrocubana, como por ejemplo son los aportes de
Orlando Poleo de la influencia dahomeyana, del Nigeria africano en Cuba, que
sería la santería cubana.
Empezamos a incursionar con los tambores batá, que son tambores bimembranófonos. Orlando empieza con la didáctica a trabajar sobre eso, y a incorporar todos esos elementos polirítmicos. Sin darnos cuenta, estábamos siendo como los pioneros de la música urbana. Hay otras agrupaciones que empiezan a trabajar lo que ya Adrenalina venía haciendo, por ejemplo, los músicos que integraban Daiquirí nos piden a nosotros mucha información y asesoría para conformar las células ritmáticas que genera Daiquirí.
Empezamos a incursionar con los tambores batá, que son tambores bimembranófonos. Orlando empieza con la didáctica a trabajar sobre eso, y a incorporar todos esos elementos polirítmicos. Sin darnos cuenta, estábamos siendo como los pioneros de la música urbana. Hay otras agrupaciones que empiezan a trabajar lo que ya Adrenalina venía haciendo, por ejemplo, los músicos que integraban Daiquirí nos piden a nosotros mucha información y asesoría para conformar las células ritmáticas que genera Daiquirí.
Pudiéramos decir, Beatriz, que es Adrenalina Caribe la que es pionera en ese pastiche urbano, posmoderno, de lo que era la fusión que en la salsa se conocía como Mozambique, en la música cubana se conocía como Chachachá, o se conocía como Danzón, y que tenía sus creadores específicos. Nosotros mezclamos todo eso en un ámbito donde la batería de Evio hizo un aporte esencial.
—Adrenalina Caribe generó un movimiento de inclusión
de contenidos que no estaban de moda o que no eran tendencia en ese momento dentro del contexto urbano, ¿estás de acuerdo con esta apreciación?
—Sí, tú lo acabas de
describir. Lo que caracteriza a Adrenalina es exactamente lo que tú acabas de
describir, es esa unión de estructuras consonantes y disonantes que generaron
transversalmente una propuesta rítmica y que los músicos que incursionaban allí
tenían que elaborar, tenían que construir, pues tenían que deconstruirse ellos
mismos para romper con una serie de patologías normales que no encajaban
dentro de Adrenalina Caribe.
Éramos contracorriente, como se explica en el libro de Isaiah Berlin. Primero, Evio era irreverente
frente a la industria discográfica, peleaba con la industria discográfica, mientras incorporaba una relación desde la perspectiva de la antropología filosófica de las
etnias indígenas en el mercado, porque nadie tomaba en cuenta a los indígenas,
todo era lo afro o lo mestizo. Entonces él inscribe eso, y creo que es la única
propuesta que hay dentro de la música urbana de ese tiempo, de temática indígena.
"Selva del tiempo" (****)
“Selva del tiempo” es una oda a todas las etnias indígenas de nuestro país y de
América Latina. Creo que eso es importante enfatizarlo porque el común
denominador no lo entiende, y yo creo que hay que destacarlo.
“Selva del tiempo” es un himno de etnias indígenas… ‘Mucho antes que llegaran los españoles, mucho antes que llegaran blancos y negros... ya existía…’, entonces es tomar en cuenta una identidad cultural importantísima cuando nos hemos convertido en los más lejanos de nosotros mismos porque renegamos de lo indígena y queremos ser europeos. Es la controversia de Fermín Toro, la controversia de Mariano Picón Salas con relación a Europa y a América, que fue exquisitamente trabajada por mi pana Evio Di Marzo.
“Selva del tiempo” es un himno de etnias indígenas… ‘Mucho antes que llegaran los españoles, mucho antes que llegaran blancos y negros... ya existía…’, entonces es tomar en cuenta una identidad cultural importantísima cuando nos hemos convertido en los más lejanos de nosotros mismos porque renegamos de lo indígena y queremos ser europeos. Es la controversia de Fermín Toro, la controversia de Mariano Picón Salas con relación a Europa y a América, que fue exquisitamente trabajada por mi pana Evio Di Marzo.
—Todo eso quizá se enlaza con los toques que ustedes hicieron en las cárceles, ¿cómo fue esa
experiencia? Una agrupación que al mismo tiempo en que se inserta en la industria
cultural y toca en locales urbanos como Mata de Coco, hace crítica social y realiza una gira por las cárceles…
—Así era, Adrenalina estuvo en el
orden de los márgenes. Eso es importantísimo, porque pudiéramos hablar de dos
facetas de Adrenalina:
Una, en la que trata de inscribirse en la industria cultural,
buscando lo comercial, lo que logran Daiquirí, Yordano, Sergio Pérez, en ese
formato, pero siempre partiendo de la célula matriz que fue Adrenalina, porque todo se construye a partir de lo que Adrenalina hace como propuesta de células
ritmáticas y lo que la lírica de Evio genera al nivel "arte y sociedad", porque
lo demás es arte por el arte sencillamente.
Entonces teníamos un público afuera que trataba de entender lo que estábamos haciendo
nosotros. Quizás uno de los personajes más emblemáticos que nos entendió fue
Alfredo Escalante, con la “Música que sacudió el mundo”, él entendía lo que
estábamos haciendo y él fue quien nos dijo: ‘Ustedes son los pioneros de la
música urbana, ustedes, Sietecuero', y todo lo que viene después de Sietecuero
son los fundamentos esenciales de lo que va a ser la década de los
ochenta con la industria cultural discográfica, con dos sellos disqueros que ya todo el
mundo conoce.
Pero también nosotros nos fuimos a la parte irracional, a la parte del panóptico, a la parte del encierro. Y esta otra faceta tiene que ver con los márgenes. Entonces fue cuando tocamos en el Retén Judicial de El Junquito, tocamos en La Planta, tocamos en el Retén de Catia y en el Instituto Nacional de Orientación Femenina, en el INOF, y la respuestas de los convictos era impresionante: ellos entendían más la irracionalidad de Adrenalina adentro, que lo que entendían afuera –aunque ahorita todo es adentro porque la sociedad se ha convertido en una gran cárcel, si hablamos de Michel Foucault, Vigilar y castigar–. Estamos viviendo el gran encierro, pero ya ese afuera inmediatamente el convicto lo veía: ‘Oye, vale, pero ¿qué es eso que están haciendo ustedes?, es buenísimo’...
Pero también nosotros nos fuimos a la parte irracional, a la parte del panóptico, a la parte del encierro. Y esta otra faceta tiene que ver con los márgenes. Entonces fue cuando tocamos en el Retén Judicial de El Junquito, tocamos en La Planta, tocamos en el Retén de Catia y en el Instituto Nacional de Orientación Femenina, en el INOF, y la respuestas de los convictos era impresionante: ellos entendían más la irracionalidad de Adrenalina adentro, que lo que entendían afuera –aunque ahorita todo es adentro porque la sociedad se ha convertido en una gran cárcel, si hablamos de Michel Foucault, Vigilar y castigar–. Estamos viviendo el gran encierro, pero ya ese afuera inmediatamente el convicto lo veía: ‘Oye, vale, pero ¿qué es eso que están haciendo ustedes?, es buenísimo’...
Los tipos se quedaban sentados viéndonos a nosotros, y estaban vacilando la actividad, y era una manifestación totalmente diferente a nivel corporal de la que hacíamos en Mata de Coco, en la que había un público mucho más exquisito, mucho más selectivo.
—Lo culto y lo popular... todos
los elementos contrarios de alguna manera los ensambló…
—Así es, y tocamos para todos, sin
exclusión, sin segregación, y Evio era muy… tenía una escena, tenía un teatro,
tenía una particularidad muy bien establecida, incluso pictórica: lanzaba
trazos, construía lienzos imaginarios donde la gente participaba y donde todo
el mundo pintaba con cada uno, con su brocha particular. Él daba espacio
para que saliera esa monumentalidad que se enfocaba tanto en la razón como en la sinrazón, ellas convivían juntas.
—Hablamos también de esos
murales que hacían artistas como Ángel "Lobo" Martínez…
—Así es…
—¿Podría tratarse de un acontecimiento
artístico, tal y como lo definió Mijail Bachtin, por la calidad de la
combinatoria de todos los elementos, del ensamblaje, de los instrumentos que se
escogieron, de las personas que participaron? Entonces, recordando a Evio, y a gente como Néstor Pérez, Luis Oliver, Eliazar Yánez, Álvaro González, El Grillo… ¿cómo, después de tantos años, miras este
acontecimiento desde el punto de vista humano, no sólo desde el punto de vista
musical…?
—Éramos multidisciplinarios, y ahí
tengo que titular a Nietzsche: Humano, demasiado humano, Evio era excesivamente
humano en el trabajo colectivo y Eliazar es el baterista que recoge la
presencia de Evio en la batería. Evio deja de tocar batería, cuando consigue
que hay un instrumentista que hace lo que él quiere hacer, y no solamente lo
que él quiere hacer como fundamentos de células ritmáticas típicas del rock, sino que también aporta a esa multiplicidad de géneros que intervienen.
Eliazar fue el instrumentista que mejor se compenetra conmigo luego de mi trabajo con Evio, anteriormente con Sietecuero, porque después, Evio se dedica a la cantautoría, deja la batería y busca a un baterista para que toque. El que mejor recoge el legado de Evio en la batería y aporta y enriquece ese legado es Eliazar Yánez. Esa conformación es brutal.
—¿Cuáles son los elementos más resaltantes que te llegan hoy de Evio, de la amistad y del trabajo en conjunto por tantos años que ustedes tuvieron?
—Yo creo que no hay palabras para explicar la hermandad, la trascendencia..., jamás sustituimos a Dios y nos colocamos en el lugar de él, sino que vivimos Humano, demasiado humano. Fraternizamos, vivíamos de los errores, vivíamos de las secuencias intermitentes de los cortos circuitos, de las corrientes alternas, hilvanábamos fraternidad.
Eliazar fue el instrumentista que mejor se compenetra conmigo luego de mi trabajo con Evio, anteriormente con Sietecuero, porque después, Evio se dedica a la cantautoría, deja la batería y busca a un baterista para que toque. El que mejor recoge el legado de Evio en la batería y aporta y enriquece ese legado es Eliazar Yánez. Esa conformación es brutal.
—¿Cuáles son los elementos más resaltantes que te llegan hoy de Evio, de la amistad y del trabajo en conjunto por tantos años que ustedes tuvieron?
—Yo creo que no hay palabras para explicar la hermandad, la trascendencia..., jamás sustituimos a Dios y nos colocamos en el lugar de él, sino que vivimos Humano, demasiado humano. Fraternizamos, vivíamos de los errores, vivíamos de las secuencias intermitentes de los cortos circuitos, de las corrientes alternas, hilvanábamos fraternidad.
Todo se hizo, no en el plano de la carencia ni de la demanda de cariño, sino desde el deseo, desde la voluntad de poder, no viendo el deseo como carencia, como tradicionalmente se ve en Occidente, sino el deseo como voluntad de poder. Era competir cada quien consigo mismo, autosuperarse permanentemente y distanciando el espíritu de la pesadez de valores subalternos como la desidia, la intriga, la venganza, el chisme...
(**) "Merenfunk", del 4to LP de "Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe - Bio Bio", año 1990, track subido en Youtube por Kinkalla visual
(***) "La espuma", del 2do LP de Adrenalina Caribe (***), video subido en Youtube y elaborado por Caffeinopolis
(****) "Selva del tiempo", track subido en Youtube por noesfm online
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