Alejandro Blanco-Uribe - Serie "Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después"



Alejandro Blanco-Uribe (2016) / Foto: Antonio Huizi

Esta entrevista fue realizada el 1 de noviembre de 2018 - Vía Skype / Panamá-Caracas. Pero más que una entrevista, el encuentro con Alejandro Blanco-Uribe se terminó convirtiendo en una conversación amistosa, y en la que el espíritu genial y alegre que caracterizaba a Evio Di Marzo nos envolvió por completo.

Cada día del mes de mayo de 2019, a partir de hoy, será publicada una entrevista por esta vía: Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después, de todas las que han sido realizadas desde noviembre del año pasado y hasta la fecha, en homenaje a Evio Di Marzo y su producción musical, y para un trabajo audiovisual sobre este mismo tema que se encuentra actualmente en elaboración.

Los relatos sobre Evio y su trayectoria musical narrados por los músicos que integraron estas agrupaciones, así como por los productores, arreglistas, ingenieros y técnicos de sonido, amigos de Evio, artistas y testigos cercanos de lo que podríamos llamar un “acontecimiento musical”, se convierten, además del reconocimiento expresado por Evio, en un extraordinario documento acerca de la calidad y el espíritu propios de gran parte de la producción musical, artística y cultural surgida en Caracas desde finales de los años 1970, toda la década de 1980 y principios de los años 1990.

Alejandro Blanco-Uribe (14-10-1948) es músico compositor, productor musical y de espectáculos, director de empresas culturales y de contenidos, miembro fundador del Sistema de Orquestas Sinfónicas Juveniles e Infantiles de Venezuela, estudió música electroacústica y tecnología del sonido en el Royal College de Londres, posee premios por la mejor música compuesta para largometrajes. Descubrió y produjo en Venezuela a reconocidos artistas musicales a través de la empresa Fonotalento. Fue presidente de la Fundación Chacao y responsable de la creación del Centro Cultural Chacao. En instituciones públicas y privadas ha dedicado mucho esfuerzo y creatividad para la promoción de las artes y tradiciones culturales de Venezuela y Latinoamérica. 


Por Beatriz Pantin

—Siendo joven, formaste parte de una agrupación, junto a Yordano Di Marzo y otros músicos reconocidos como Vinicio Ludovic, de nombre Ford Rojo 1954. ¿Cómo fue ese momento? Y, cuando conociste a Evio Di Marzo por el contexto en el que estabas, haciendo música junto a su hermano Yordano, ¿cuál fue tu primera impresión de Evio? 


—En esa edad yo estaba en el estudio de la electrónica y el sonido. Me hice bachiller en Electrónica, de los pocos que se graduaron en ese bachillerato en Caracas, que duró muy poco tiempo y desapareció. Todos nuestros amigos eran muy aficionados a la música, o estaban en eso. En ese entonces nos unimos varios amigos: Vinicio Ludovic, Yordano Di Marzo, Leonardo López y yo, para hacer un grupo. Nos reuníamos en casa de José Di Mase, que era el bajista. 

José Di Mase venía de una familia muy acaudalada de Caracas porque eran los dueños de la Fiat, y de otras empresas, y vivían en una mansión en La Castellana, bellísima, con unos cuartos gigantescos, y los cuartos eran tan grandes que uno de ellos lo escogimos para ensayar todo el grupo.

Conformamos el grupo Ford Rojo 1954, y teníamos un sonido de mezcla de jazz, rock y pop, era toda una fusión, y en una oportunidad, el papá de José Di Mase nos dijo que no podíamos ensayar en su casa porque había una reunión ahí, así que teníamos que irnos para otra parte. Entonces nos fuimos a la casa de los Di Marzo. 

Yordano tocaba la segunda guitarra, Vinicio, la primera guitarra, Leonardo tocaba la batería, y yo, el teclado.

"Nos fuimos a casa de los Di Marzo. Ellos tenían un sótano, una especie de estudio, no con equipamiento, pero sí apropiado para tocar, y ahí, cuando entré, estaba Evio tocando una batería, chamito, jovencito, y me llamó la atención por el swing y la libertad que tenía para tocar y, realmente, era un chamo pop-rock, así era".

—¿Por qué el nombre Ford Rojo 1954? 

—Ese grupo que se llamaba Ford Rojo 1954, tenía un nombre muy particular. El nombre lo escogió Leonardo López, porque él acababa de llegar de Londres y estaba muy on-fashion, y ese nombre, Ford Rojo 1954, a mí me sonó extraordinario porque era así como un nombre irreverente, y además como muy pop. Optamos por ese nombre, mientras otros grupos tenían unos nombres más hippies. El de nosotros, fíjate, era otra nota. Con ese grupo tocamos en varios sitios. Pero un día José Di Mase salió mal en los exámenes, y como todos los instrumentos eran de él, casi todos, el papá se puso bravo y el grupo se disolvió... ¡Imagínate! Entonces esa es la época de Ford Rojo 1954, cuando conozco a Evio, con mucho swing tocando batería.

Empezamos a tener una amistad, nos veíamos en los conciertos... Evio era más chamo, porque el de mi generación es Yordano, aunque Yordano dice que tiene 66 años, 67 años… Yordano es un año mayor que yo, y yo tengo 70, acabados de cumplir (risas).

—¿Componían sus propias canciones? 

—Hacíamos versiones de temas que no estaban de moda, pero eran unos temazos. Había un grupo que se llamaba Tangerine Dream, que era algo así como para los conocedores.

Tocábamos "Summertime", que es un tema muy antiguo de blues norteamericano, de la ópera Porgy and Bess, y tocábamos un repertorio muy particular, y claro, era un poco extraño porque yo estaba como muy en la onda del jazz y el rock progresivo, y también Vinicio, pero en cambio Yordano era de la onda de John Lennon. Él era un cantautor, y me acuerdo que a él le costaba más meterse en el mundo de las armonías complicadas que tiene el jazz, que es otro mundo, más sofisticado, pero él tenía el swing del cantautor: el que canta rico, el que escribe, el que tiene la poesía.

Pasaron los años y siempre nos veíamos. La verdad es que nunca en mi vida pensé que después yo iba a ser también un ejecutivo discográfico, porque luego de Ford Rojo 1954, tuve una banda con Gerry Weil que se llamó La Banda Municipal, y fue el primer grupo venezolano que hizo fusión de rock con jazz y música venezolana, era muy vanguardia. Además éramos anti sistema totalmente. No íbamos a la radio, no queríamos nada con las discográficas, solamente queríamos tocar en instituciones públicas. ¡Imagínate tú la onda! Entonces tocábamos nada más en universidades y liceos, no porque éramos izquierdosos, sino porque éramos jóvenes revolucionarios.

La Banda Municipal, de izquierda a derecha: Alejandro Blanco-UribeVinicio LudovicGerry WeilEdgar Saume y Richard Blanco-Uribe / Foto: Antonio Huizi
"Entre los músicos venezolanos siempre había mucha unión entre el que toca joropo y el que toca jazz de vanguardia. Siempre ha habido mucha fusión, y Caracas es así, y por eso nosotros somos así, y por eso la música de Evio fue así y es así: es una fusión". 

Yordano iba a los conciertos de nosotros, Evio empezó a vernos en los estudios, pero no tuvimos juntos una actividad profesional hasta ese momento. Yo estaba en una onda muy vanguardia cuando entramos a La Banda Municipal. Luego me voy a estudiar a Londres tecnología del sonido, música electrónica y, cuando regreso, monto un estudio de grabación, Odisea, en Campo Alegre frente a la Clínica Sanatrix, y ahí empiezo a encontrarme de nuevo con todos los músicos. Por ahí pasa Evio, por ahí pasa Yordano, por ahí pasan todos… pasa Ilan Chester que hace el disco de Melao.

Melao integrado por Eddy PérezIlan ChesterEzequiel Serrano (arriba, de izquierda a derecha), Nené Quintero y Lorenzo Barriendos (abajo, de izquierda a derecha)

El estudio que montamos en Campo Alegre en el año 1979 fue el primer estudio que hubo para hacer demos, y yo lo usaba también para hacer música de películas. Era un sitio muy interesante porque había arquitectos, había fotógrafos, había diseñadores, que formábamos parte del grupo Asteroide. Había espacio para todas las producciones, para música no alternativa, para la vanguardia.

—Y ya a tu regreso, en ese momento en el que te vuelves a encontrar con Evio, ¿cómo lo viste?, pues más adelante, además de músico y tener un estudio, como ejecutivo estuviste a cargo de Fonotalento, una empresa hermana de Sonográfica, ambas del grupo 1BC, ¿cómo te vinculaste desde allí con Evio, y su agrupación, Adrenalina Caribe? 
"Evio era un chamo muy dinámico, muy volao, muy en la onda, un tipazo. Un tipo muy simpático, loco como siempre, muy interesante y muy curioso por la música, y siempre como muy auténtico".

—Fíjate lo que son las paradojas de la vida. Yo, que venía de un mundo muy vanguardia, que no iba a las discográficas, que no iba a la radio, todos nosotros éramos muy irreverentes, incluyendo a Evio, me tocó ser parte del grupo Radio Caracas Televisión. Me entrevistó el presidente de RCTV, entre 70 concursantes, y me gané un cargo no siendo un ejecutivo, porque ese era un cargo para un ejecutivo con formación empresarial. Pero Peter Bottome vio que yo tenía el contacto con los artistas, que eran mis amigos.

Decidimos hacer en abril de 1982 una empresa que se llamó Fonotalento, el mismo nombre lo dice todo. Además hicimos un asunto muy original. Empezamos a hacer casting en el Teatro La Campiña a ver si los artistas comunicaban por el medio de la televisión donde yo iba a promover a mis artistas, y esa fue la condición que tuve con Bottome, que entre los dos decidiéramos qué artistas íbamos a escoger, si a alguno de los dos no le gustaba, o no estaba convencido, el artista no se firmaba. Entonces vino Ilan, vino Franco de Vita, vino Daiquirí, vinieron muchos… se pierde la lista…

En ese primer grupo no estaba Evio, porque Evio ya venía en lo suyo, como siempre, muy irreverente, andaba en lo suyo (risas).

Entonces un día me llama Evio y me dice: 

—Oye, Alejandro, dame una entrevista.

Le doy la entrevista. Me acuerdo. Tengo la imagen aquí. Lo tengo sentado al frente, y esto se parece mucho al videoclip de Adrenalina Caribe “Yo sin ti no valgo nada”, de ahí viene todo ese guion.

Alejandro, yo quiero firmar contigo, porque, mira, firmaste a Ilan, firmaste a todos, y yo estoy aquí… 
—Me encantaría Evio… 

Además, yo le tenía afecto a Evio, porque él era un tipo muy original. Entonces me pone el tema en una maquetica, “Yo sin ti no valgo nada”, lo oigo y digo: ‘Oye, eso está sabroso’, y le dije: ‘Bueno, vamos a firmar, listo’.

Entonces él me dice: —Pero hay un problemita.
—¿Cuál?, le digo. 
—Que yo estoy firmado con una discográfica.
—¿Tú estás loco? Oye, por favor, tienes un contrato firmado con una discográfica… 

Evio había firmado con Discomoda, que era una discográfica vieja que grababa a Los Melódicos, vieja decimos para ese momento, y grababa grupos de música llanera y de salsa, y como él andaba siempre en su cosa, en ese momento ya andaba en su cosa afrocaribeña y venezolana… Entonces le dije: ‘Oye, hermano, lo lamento, no se puede. Un contrato es lo más importante’.

El negocio de la música es un negocio de contratos. Entonces le dije que no podíamos hacer nada, porque romper un contrato costaba plata por las inversiones que se habían hecho en los ensayos, en una cantidad de cosas... 

Pero a mí realmente no me tembló el pulso en decirle: 

—Oye, tengo una idea, Evio. Tú, con esa cara de volao y de loco… Mira, yo te voy a dar un consejo, si quieres romper ese contrato. Vete para la disquera, entra, te sientas en el lobby de la fábrica de discos, y te pones a hablar solo, como un loco. Empiezas a hablar solo y a decir cosas desvariadas, y que estás mal, que tienes una ansiedad, y bueno, te vas, y vuelves a ir, y lo vuelves a hacer, hasta que, estoy seguro, te va a pasar algo que te va a ayudar a eso. 

Pasaron unos días y Evio me llamó y me dijo:

Alejandro, tengo la carta de libertad.
—Y, ¿qué hiciste?
—Bueno, hice lo mismo. Fui varias veces hasta que salió el director de la discográfica, y me dijo: ‘Evio, ¿qué te pasa? No, que me siento mal, que estoy deprimido (con los ojos así pelaos)’... (risas).

El hombre se apiadó de él y le dio la carta de libertad, ¡imagínate!, nos salió gratis, y yo estaba a cargo de una empresa, Fonotalento, en la que estábamos iniciándonos, porque Sonográfica nace primero, en el año 1980. Era una distribuidora que no producía artistas, sino que los promovía y que estaba comenzando a fabricar discos. 

Peter Bottome se dio cuenta de que no promovían talento nacional, sino puro producto importado, ahí viene esa reflexión, y hace algo muy interesante, que no hizo Rodven, que es separar la producción nacional de la distribución y del mundo comercial, y con eso hacemos Fonotalento, y era, claro, una empresa creativa. Yo me busqué buenos diseñadores, buenos fotógrafos, gente que estaba haciendo video, directores de fotografía, en la onda del diseño, del buen gusto, y eso fue importante en ese movimiento porque nosotros rompimos con todo. El sonido, la imagen, la foto, los videos de nuestros discos, todos eran de primera calidad. 

"Sacamos ese disco, el 2do LP de Adrenalina Caribe, pero no tenía presupuesto porque ya había escogido a todos los artistas y a Evio no le hice prueba de talento porque ya era tarde". 
De izquierda a derecha en la portada del 2do LP de Adrenalina Caribe, año 1985: Orlando PoleoEvio Di MarzoAlberto Borregales y Carlos Puchi

Empezamos a tener limitaciones presupuestarias para hacer el videoclip. No teníamos plata y Evio se busca a Henrique Lazo, pana de todos, y decidimos hacer un videoclip con una camarita, y el guion lo hacemos aquí, en mi oficina, y la locación es mi oficina, y Evio saldría en moto, en su motoneta. 

De ahí nace el guion del videoclip “Yo sin ti no valgo nada”. Evio va a la discográfica y el ejecutivo lo rechaza pero después se le aparece un hembrón y el tipo por eso sí va a ver a Evio. Esa es una historia interesante, además, esa es una historia interesante doblemente porque creó una polémica en Radio Caracas Televisión. Me acusaron de que yo estaba, un poco, hablando mal de lo que es la industria, porque yo mismo, que era el director, estaba dando un ejemplo de que yo me sensibilizaba era por salir con un hembrón. Hasta que le llevaron el video a Bottome, al dueño del grupo Radio Caracas Televisión, para ponerme la piedra a mí con ese video: ‘Mira lo que está haciendo Alejandro Blanco-Uribe, ¡qué horror!’, pero él cuando lo vio dijo: ‘Oye, ¡esa vaina si está buena!’, ¡increíble!, entonces todo el mundo se quedó… Además se trata de un video hecho con muy poca plata pero con humor, que eso es interesante. Cuando hay buen humor no importa el presupuesto del tamaño que sea. 

(*) Ver nota al final

Después Sonográfica empieza a crecer, presionan y presionan, y es cuando decidimos disolver Fonotalento.

—Pareciera ser que Sonográfica desde Fonotalento fue una plataforma de apoyo para los artistas de ese momento, al contrario de lo que uno puede pensar acerca de la relación con los empresarios, que casi siempre termina siendo desfavorable para los artistas… 

—Qué bueno que lo anotas, porque la gente de los medios, de la prensa, estuvieron diciendo por muchos años, y lo siguen diciendo, que tuvimos la suerte de que vino el viernes negro, vino la ley del "uno por uno" y eso ayudó mucho a que nosotros triunfáramos, y eso no es así, a pesar de que eso está en el colectivo, no es así, ¿por qué? Ya nosotros habíamos construido la fábrica de discos, que eso cuesta, trajimos las mejores máquinas de Alemania. Éramos los distribuidores del sello alemán Deutsche Grammophon para América Latina, lo hacíamos en Venezuela. Nadie en América Latina había logrado esa licencia. Habíamos invertido la plata, habíamos firmado los contratos, es decir que cuando hicimos todo esto, no teníamos el viernes negro, fue una decisión de nosotros. Es la diferencia de lo que pasó en Colombia. Allá fueron los artistas, como Shakira por ejemplo, los que tomaron la decisión de triunfar. Nosotros, la empresa, fuimos los que tomamos la decisión de echar pa’ lante, claro, vino el viernes negro, y pasó lo que pasó, pero esa no fue la causa realmente del avance que empezábamos a tener.


Entonces con tantas presiones se decide que disolvemos Fonotalento y me nombran vicepresidente de Sonográfica, y para hacer el cuento corto, esa es la oficina donde hicimos la filmación del videoclip de Evio, ya no existía Fonotalento.

A mí no me gustó el ambiente de esa nueva dirección, porque yo soy un creativo, soy un ejecutivo también, pero tengo una modernidad conceptual, y tú sabes que ahí ya se trataba de una discográfica, de mucha gente trabajando, y eso empezó a socavar para mí el talento nacional, ¿por qué?, porque entre los nuevos ejecutivos que entran, que no los voy a nombrar, había un porcentaje de ellos que no eran venezolanos, y no lo quiero decir por una cosa chovinista, sino porque se creían el cuento de la gran Venezuela de Carlos Andrés Pérez, vamos a decir, que nosotros los venezolanos podemos con todo, y la plata, en vez de invertirla en promover los artistas venezolanos para la parte internacional, la invirtieron para traerse a Las Chicas del Can, para traerse a Wilfrido Vargas, para traerse a una serie de artistas, y en eso se gastaron la plata, en vez de invertirla en los talentos nacionales.

Esto sigue y mi relación con Evio se despega, se separa, porque me pusieron a ser el que manejara internacionalmente la cosa. Me pusieron como un canciller viendo la fuerza que yo traía, al extremo, que renuncio.

Después Bottome me vuelve a llamar y volvemos a hacer Fonotalento en el año 1988, y es el momento donde meto a Sergio Pérez, a Elisa Rego, a Fernando y Juan Carlos, y a todo ese grupo, mientras que Evio había quedado en manos de Sonográfica, y es cuando nace el LP En un sótano de La Florida

LP "En un sótano de La Florida", año 1987, de izquierda a derecha: Franco de VitaLuz MarinaYordanoIlan ChesterCecilia Todd y Evio Di Marzo (con la participación de Willie Colón)

—Ese fue un producto de Álvaro Serrano… 

—Correcto. Álvaro que venía de una discográfica, Top Hits, se queda conmigo en Fonotalento, pero no seguimos por mucho tiempo en Fonotalento. Así que el contrato que tengo en Fonotalento, con Evio, el famoso, se queda en Sonográfica.

—¿Cuál es tu apreciación, ahora como músico y artista, del trabajo de Evio y Adrenalina Caribe? 

Evio Di Marzo fue realmente un músico integral, Evio fue tremendo baterista y eso le dio a su música un detalle muy importante, hablando yo como percusionista que fui, porque él logró fusionar la música del Caribe tropical, la percusión con la batería, con unos ritmos muy particulares, porque cuando la persona primero empieza a tocar batería y después agarra los instrumentos de percusión latina que llaman: la conga, el bongó, todo eso..., ¡oye!, de eso resulta una fusión interesante.
"Y eso es lo que tiene Adrenalina Caribe, precisamente, tiene un ritmo muy original, que eso lo hizo Evio, y esa originalidad es original a nivel mundial. Lo que pasó es que Venezuela se las creía todas y no se preocupó por exportar a sus artistas, ese fue el problema".
La gente del entorno de nosotros en Colombia, Puerto Rico, la misma Cuba, México, España, copió muchas cosas de los venezolanos que estábamos boyantes desde el punto de vista económico, teníamos mucha plata, y éramos una discográfica que había invertido en todo. Los artistas no pusieron un centavo, todo se lo pagábamos, le hacíamos los videos, le dábamos los instrumentos musicales...

Entonces lamentablemente a pesar de que Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe mantuvieron una influencia tan importante en la música del Caribe, no se terminó de hacer el trabajo internacionalmente, aunque eso está allí, y además lo valioso de que haya sido de parte de Evio, porque Evio venía de una familia acomodada económicamente y no se quedó sólo en ese ámbito.

Evio vivía en una casa en Cumbres de Curumo, tenía un buen nivel de vida, el papá viajaba en su velero por el mundo, y teniendo esa extracción, ese ejemplo, además era italiano, Evio se dedicó, gracias al estudio de la música, a estar pendiente de lo que simultáneamente se estaba gestando en el ambiente de ese tiempo, porque muchos de esos músicos que se sumaron a su proyecto, y de los que aprendió los ritmos afrocaribeños, provenían de la gente de Marín, del Grupo Madera, de la gente de San Agustín, a los que Gerry le daba clases, de la gente de Sarría, y en ese contexto, es que Evio empieza a visitar los barrios, y se mete, se mete de verdad, y hace clínica de congas, de tambores, y empieza a conocer los ritmos de verdad, verdad, la raíz de todo eso, y empieza a sensibilizarse por la situación social de los barrios.

Además Evio estaba estudiando Antropología cuando lo firmamos. Entonces un personaje que es antropólogo, es músico, y tiene esa sensibilidad, y es hijo de italianos, tiene una condición económica holgada, ¡qué combinación tan particular!, bueno todo eso generó lo que es Evio, y Evio por eso tuvo una personalidad tan original, y era tan irreverente, siempre lo fue, y siempre estuvo muy convencido de su cosa política y religiosa, entonces ahí es donde yo hago el acento con respecto a Evio. 
"Evio es un músico más interesante de lo que la gente se imagina, y eso es muy importante promoverlo, porque para mí era tan o más talentoso que muchos de los que estuvieron en los ochenta".
Además él tenía un sentido de aglutinar, por eso lo del Sótano de La Florida, ese estudio llamado Fandango, que él quiso tener para estar estudiando su música con los músicos, encima Evio no era celoso con sus músicos, siempre, en la pizzería de Evio estaba Colina, y estaba el otro, y estaba Borregales, y siempre convidaba a tocar con él, y además la relación económica era muy transparente. Él fue muy chévere, fue muy chévere con los músicos, y eso también tiene un gran valor, y por eso uno lo comprende en toda su locura, porque él realmente era un personaje muy original, y tuvo mucho con qué, y yo lamento mucho que la gente no se entere, y ustedes deben ayudar a eso, a que se enteren de que él realmente fue un músico muy original, que Manu Chao se lo debe a él, y muchos nombres que podría decir que en este momento no me vienen a la mente. Es la verdad.

A nosotros no nos hacía falta el mundo, y eso fue un problema. No sé si me extiendo, pero te voy a decir una primera anécdota que tiene que ver con todos. 

La primera vez que el Teatro Teresa Carreño se abre a la música popular, el gran Teatro Teresa Carreño, es porque yo era amigo de su director, Elías Pérez Borjas, de la época de la Orquesta Juvenil. Ahí lo que había era ópera, ballet, música culta, espectáculos realmente internacionales, pero Ilan y Yordano estaban tan pegados, que yo voy allá y hago la propuesta de que toquen allí, y no fue fácil. Me dijeron que podía firmar el contrato yo, pero no Radio Caracas Televisión. Y así hicimos Ilan y Yordano, ¿para qué te cuento todo esto? Porque para que eso sonara espectacular, fue muy importante en este movimiento el sonido. Evio con su estudio, yo también con mi estudio, nos preocupamos por formar ingenieros de sonido.

Venezuela no tenía ingenieros de sonido. Cuando hicimos los Estudios Telearte entre 1982 y 1983, donde grabamos todos esos discos, yo me traje un ingeniero de Londres y otro de Nueva York, los mejores, y metimos a chamos todos jóvenes que no estuvieran infectados de nada, gente como Juan Carlos Socorro, Miguel Ángel Larralde, Hermes Carreño, Edgar Espinoza, y muchos más. El ánimo era que todo sonara como el disco, y agarré el estudio de Telearte, que eran unas máquinas enormes, unas consolas, lo desarmé totalmente y lo llevé para el Teresa Carreño con una máquina de grabación de 24 canales y con una cinta de dos pulgadas. Ese concierto lo hicimos con el mismo ingeniero, con los mismos equipos, con todos los Set up de los discos que habíamos hecho.
"Entonces un dato importante también fue que nosotros, y por ejemplo Evio, a pesar de ser irreverente, estábamos muy pendientes de la calidad, y ese fue un factor en los ochenta importantísimo: la calidad de sonido".
Para mencionar también otro factor importante. Yo comentaba mucho que nosotros los venezolanos no escribimos tan bien, pero somos muy buenos músicos, hablando de los músicos, a diferencia de los colombianos, que escriben súper, pero nosotros somos mejores músicos. Pero precisamente la diferencia de Evio, y también de Sergio Pérez, lo mismo de Yordano, es que ellos sí afinaron la pluma porque leían, leían a García Márquez por ejemplo, todo lo del realismo mágico.

Así que otro factor muy importante que tuvo Evio fueron las letras. Sus letras eran originales, tenían impacto, eran actuales, tenían que ver con el entorno social que él vivía y que él conocía, y con su Venezuela, porque él también hacía una música a la que le metía un ritmito venezolano, y unos textos, con su playa, su mundo, y sí, de los pocos de los ochenta que escribían bonito, vamos a decir, que escribían bonito no, que escribían de contenido interesante, estaba Evio Di Marzo.

Es tan así, que yo aprendí con ellos, porque yo vengo del mundo de la música pura y yo nunca le ponía atención a los textos de las letras porque yo venía del jazz, de la música sinfónica, de la música electrónica contemporánea, y tener que producir discos de música popular en Fonotalento, me enseñó a apreciar las letras de las canciones populares.

—A pesar del estado de supervivencia en el que estamos inmersos en Venezuela, uno no puede dejar que todo esto que ustedes hicieron se vaya al olvido, porque el movimiento musical de todos esos años en este país fue muy importante, ¿qué opinas tú?

—Es así, Beatriz. Todos estamos por la supervivencia, por eso nos hemos ido muchos, porque en verdad lo que yo más deseo es regresar, así esté destruido el país, porque la palabra griega entusiasmo es muy importante, y eso es lo que va a hacer cambiar Venezuela, el entusiasmo, cuando volvamos otra vez a tener libertad –esa es la palabra–, y muchos estamos fuera, buscando la manera de poder subsistir.
"Yo comenté a comienzos del siglo XXI, esto en el 2001, 2002, en conferencias que di en el 2005, que Venezuela tenía el movimiento musical más importante del mundo, gracias a lo que pasó con el Sistema de Orquestas Sinfónicas Juveniles, y a lo que había pasado en los ochenta".
Además, esto lo comprobé cuando fui a las oficinas de Universal Records, donde se sentaba Madonna, fui por otros proyectos que hice internacionales, y el reconocimiento de la gente más calificada en Nueva York, de los dueños y los ejecutivos de esas grandes empresas del mundo, hacia los músicos venezolanos, es que se quitan el sombrero por la calidad, por la ejecución, por el nivel.

Entonces eso está ahí. Es un gran tesoro que nosotros tenemos: el talento. He visto cosas rodando por ahí, pero precisamente el problema que tenemos los venezolanos es que no tenemos unas guías que formateen, y eso era un poco lo que hacíamos nosotros, y había los recursos económicos para hacerlo. Ahora todos tienen que financiarte, tienen que meter la mano en el bolsillo, pero no hay una dirección a dónde ir, y sí hay un lenguaje, los conocimientos, la formación. 

Estoy seguro de que en Venezuela va a reventar el celofán cuando regresemos todos, y los que están ahí son los nuevos talentos, porque este es un negocio que del 100%, el 70%, son productos nuevos, y el 30% es de catálogo, de lo que ya estuvo de moda. Entonces esos jóvenes venezolanos son los mejores músicos del mundo, lo que hace falta es la creatividad, la orientación, y eso viene, y yo, a pesar de que estoy muy cómodo en Panamá, lo que deseo es regresarme, así esté eso destruido porque no hay nada más excitante que construir...

(*) Video de "Yo sin ti no valgo nada", subido en Youtube por hamaya10 / https://www.youtube.com/watch?v=C9pClyWKE2Q

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