Alejandro Blanco-Uribe (2016) / Foto: Antonio Huizi |
Esta entrevista fue realizada el 1 de noviembre de 2018 - Vía Skype / Panamá-Caracas. Pero más que una entrevista, el encuentro con Alejandro Blanco-Uribe se terminó convirtiendo en una conversación amistosa, y en la que el espíritu genial y alegre que caracterizaba a Evio Di Marzo nos envolvió por completo.
Cada día del mes de mayo de 2019, a partir de hoy, será publicada una entrevista por esta vía: Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después, de todas las que han sido realizadas desde noviembre del año pasado y hasta la fecha, en homenaje a Evio Di Marzo y su producción musical, y para un trabajo audiovisual sobre este mismo tema que se encuentra actualmente en elaboración.
Los relatos sobre Evio y su trayectoria musical narrados por los músicos que integraron estas agrupaciones, así como por los productores, arreglistas, ingenieros y técnicos de sonido, amigos de Evio, artistas y testigos cercanos de lo que podríamos llamar un “acontecimiento musical”, se convierten, además del reconocimiento expresado por Evio, en un extraordinario documento acerca de la calidad y el espíritu propios de gran parte de la producción musical, artística y cultural surgida en Caracas desde finales de los años 1970, toda la década de 1980 y principios de los años 1990.
Alejandro Blanco-Uribe (14-10-1948) es músico compositor, productor musical y de espectáculos, director de empresas culturales y de contenidos, miembro fundador del Sistema de Orquestas Sinfónicas Juveniles e Infantiles de Venezuela, estudió música electroacústica y tecnología del sonido en el Royal College de Londres, posee premios por la mejor música compuesta para largometrajes. Descubrió y produjo en Venezuela a reconocidos artistas musicales a través de la empresa Fonotalento. Fue presidente de la Fundación Chacao y responsable de la creación del Centro Cultural Chacao. En instituciones públicas y privadas ha dedicado mucho esfuerzo y creatividad para la promoción de las artes y tradiciones culturales de Venezuela y Latinoamérica.
Por Beatriz Pantin
—Siendo joven, formaste parte de una agrupación, junto a Yordano Di Marzo y otros músicos reconocidos como Vinicio Ludovic, de nombre Ford Rojo 1954. ¿Cómo fue ese momento? Y, cuando conociste a Evio Di Marzo por el contexto en el que estabas, haciendo música junto a su hermano Yordano, ¿cuál fue tu primera impresión de Evio?
"Nos fuimos a casa de los Di Marzo. Ellos tenían un sótano, una especie de estudio, no con equipamiento, pero sí apropiado para tocar, y ahí, cuando entré, estaba Evio tocando una batería, chamito, jovencito, y me llamó la atención por el swing y la libertad que tenía para tocar y, realmente, era un chamo pop-rock, así era".
Empezamos a tener una amistad, nos veíamos en los conciertos... Evio era más chamo, porque el de mi generación es Yordano, aunque Yordano dice que tiene 66 años, 67 años… Yordano es un año mayor que yo, y yo tengo 70, acabados de cumplir (risas).
—¿Componían sus propias canciones?
—Hacíamos versiones de temas que no estaban de moda, pero eran unos temazos. Había un grupo que se llamaba Tangerine Dream, que era algo así como para los conocedores.
Tocábamos "Summertime", que es un tema muy antiguo de blues norteamericano, de la ópera Porgy and Bess, y tocábamos un repertorio muy particular, y claro, era un poco extraño porque yo estaba como muy en la onda del jazz y el rock progresivo, y también Vinicio, pero en cambio Yordano era de la onda de John Lennon. Él era un cantautor, y me acuerdo que a él le costaba más meterse en el mundo de las armonías complicadas que tiene el jazz, que es otro mundo, más sofisticado, pero él tenía el swing del cantautor: el que canta rico, el que escribe, el que tiene la poesía.
Pasaron los años y siempre nos veíamos. La verdad es que nunca en mi vida pensé que después yo iba a ser también un ejecutivo discográfico, porque luego de Ford Rojo 1954, tuve una banda con Gerry Weil que se llamó La Banda Municipal, y fue el primer grupo venezolano que hizo fusión de rock con jazz y música venezolana, era muy vanguardia. Además éramos anti sistema totalmente. No íbamos a la radio, no queríamos nada con las discográficas, solamente queríamos tocar en instituciones públicas. ¡Imagínate tú la onda! Entonces tocábamos nada más en universidades y liceos, no porque éramos izquierdosos, sino porque éramos jóvenes revolucionarios.
La Banda Municipal, de izquierda a derecha: Alejandro Blanco-Uribe, Vinicio Ludovic, Gerry Weil, Edgar Saume y Richard Blanco-Uribe / Foto: Antonio Huizi |
"Entre los músicos venezolanos siempre había mucha unión entre el que toca joropo y el que toca jazz de vanguardia. Siempre ha habido mucha fusión, y Caracas es así, y por eso nosotros somos así, y por eso la música de Evio fue así y es así: es una fusión".
Yordano iba a los conciertos de nosotros, Evio empezó a vernos en los estudios, pero no tuvimos juntos una actividad profesional hasta ese momento. Yo estaba en una onda muy vanguardia cuando entramos a La Banda Municipal. Luego me voy a estudiar a Londres tecnología del sonido, música electrónica y, cuando regreso, monto un estudio de grabación, Odisea, en Campo Alegre frente a la Clínica Sanatrix, y ahí empiezo a encontrarme de nuevo con todos los músicos. Por ahí pasa Evio, por ahí pasa Yordano, por ahí pasan todos… pasa Ilan Chester que hace el disco de Melao.
Melao integrado por Eddy Pérez, Ilan Chester, Ezequiel Serrano (arriba, de izquierda a derecha), Nené Quintero y Lorenzo Barriendos (abajo, de izquierda a derecha) |
"Evio era un chamo muy dinámico, muy volao, muy en la onda, un tipazo. Un tipo muy simpático, loco como siempre, muy interesante y muy curioso por la música, y siempre como muy auténtico".
—Fíjate lo que son las paradojas de la vida. Yo, que venía de un mundo muy vanguardia, que no iba a las discográficas, que no iba a la radio, todos nosotros éramos muy irreverentes, incluyendo a Evio, me tocó ser parte del grupo Radio Caracas Televisión. Me entrevistó el presidente de RCTV, entre 70 concursantes, y me gané un cargo no siendo un ejecutivo, porque ese era un cargo para un ejecutivo con formación empresarial. Pero Peter Bottome vio que yo tenía el contacto con los artistas, que eran mis amigos.
Decidimos hacer en abril de 1982 una empresa que se llamó Fonotalento, el mismo nombre lo dice todo. Además hicimos un asunto muy original. Empezamos a hacer casting en el Teatro La Campiña a ver si los artistas comunicaban por el medio de la televisión donde yo iba a promover a mis artistas, y esa fue la condición que tuve con Bottome, que entre los dos decidiéramos qué artistas íbamos a escoger, si a alguno de los dos no le gustaba, o no estaba convencido, el artista no se firmaba. Entonces vino Ilan, vino Franco de Vita, vino Daiquirí, vinieron muchos… se pierde la lista…
En ese primer grupo no estaba Evio, porque Evio ya venía en lo suyo, como siempre, muy irreverente, andaba en lo suyo (risas).
Entonces un día me llama Evio y me dice:
—Oye, Alejandro, dame una entrevista.
Le doy la entrevista. Me acuerdo. Tengo la imagen aquí. Lo tengo sentado al frente, y esto se parece mucho al videoclip de Adrenalina Caribe “Yo sin ti no valgo nada”, de ahí viene todo ese guion.
—Me encantaría Evio…
Además, yo le tenía afecto a Evio, porque él era un tipo muy original. Entonces me pone el tema en una maquetica, “Yo sin ti no valgo nada”, lo oigo y digo: ‘Oye, eso está sabroso’, y le dije: ‘Bueno, vamos a firmar, listo’.
—¿Cuál?, le digo.
—Que yo estoy firmado con una discográfica.
—¿Tú estás loco? Oye, por favor, tienes un contrato firmado con una discográfica…
Evio había firmado con Discomoda, que era una discográfica vieja que grababa a Los Melódicos, vieja decimos para ese momento, y grababa grupos de música llanera y de salsa, y como él andaba siempre en su cosa, en ese momento ya andaba en su cosa afrocaribeña y venezolana… Entonces le dije: ‘Oye, hermano, lo lamento, no se puede. Un contrato es lo más importante’.
El negocio de la música es un negocio de contratos. Entonces le dije que no podíamos hacer nada, porque romper un contrato costaba plata por las inversiones que se habían hecho en los ensayos, en una cantidad de cosas...
Pero a mí realmente no me tembló el pulso en decirle:
—Oye, tengo una idea, Evio. Tú, con esa cara de volao y de loco… Mira, yo te voy a dar un consejo, si quieres romper ese contrato. Vete para la disquera, entra, te sientas en el lobby de la fábrica de discos, y te pones a hablar solo, como un loco. Empiezas a hablar solo y a decir cosas desvariadas, y que estás mal, que tienes una ansiedad, y bueno, te vas, y vuelves a ir, y lo vuelves a hacer, hasta que, estoy seguro, te va a pasar algo que te va a ayudar a eso.
Pasaron unos días y Evio me llamó y me dijo:
—Alejandro, tengo la carta de libertad.
—Y, ¿qué hiciste?
—Bueno, hice lo mismo. Fui varias veces hasta que salió el director de la discográfica, y me dijo: ‘Evio, ¿qué te pasa? No, que me siento mal, que estoy deprimido (con los ojos así pelaos)’... (risas).
El hombre se apiadó de él y le dio la carta de libertad, ¡imagínate!, nos salió gratis, y yo estaba a cargo de una empresa, Fonotalento, en la que estábamos iniciándonos, porque Sonográfica nace primero, en el año 1980. Era una distribuidora que no producía artistas, sino que los promovía y que estaba comenzando a fabricar discos.
Peter Bottome se dio cuenta de que no promovían talento nacional, sino puro producto importado, ahí viene esa reflexión, y hace algo muy interesante, que no hizo Rodven, que es separar la producción nacional de la distribución y del mundo comercial, y con eso hacemos Fonotalento, y era, claro, una empresa creativa. Yo me busqué buenos diseñadores, buenos fotógrafos, gente que estaba haciendo video, directores de fotografía, en la onda del diseño, del buen gusto, y eso fue importante en ese movimiento porque nosotros rompimos con todo. El sonido, la imagen, la foto, los videos de nuestros discos, todos eran de primera calidad.
"Sacamos ese disco, el 2do LP de Adrenalina Caribe, pero no tenía presupuesto porque ya había escogido a todos los artistas y a Evio no le hice prueba de talento porque ya era tarde".
De izquierda a derecha en la portada del 2do LP de Adrenalina Caribe, año 1985: Orlando Poleo, Evio Di Marzo, Alberto Borregales y Carlos Puchi |
Empezamos a tener limitaciones presupuestarias para hacer el videoclip. No teníamos plata y Evio se busca a Henrique Lazo, pana de todos, y decidimos hacer un videoclip con una camarita, y el guion lo hacemos aquí, en mi oficina, y la locación es mi oficina, y Evio saldría en moto, en su motoneta.
De ahí nace el guion del videoclip “Yo sin ti no valgo nada”. Evio va a la discográfica y el ejecutivo lo rechaza pero después se le aparece un hembrón y el tipo por eso sí va a ver a Evio. Esa es una historia interesante, además, esa es una historia interesante doblemente porque creó una polémica en Radio Caracas Televisión. Me acusaron de que yo estaba, un poco, hablando mal de lo que es la industria, porque yo mismo, que era el director, estaba dando un ejemplo de que yo me sensibilizaba era por salir con un hembrón. Hasta que le llevaron el video a Bottome, al dueño del grupo Radio Caracas Televisión, para ponerme la piedra a mí con ese video: ‘Mira lo que está haciendo Alejandro Blanco-Uribe, ¡qué horror!’, pero él cuando lo vio dijo: ‘Oye, ¡esa vaina si está buena!’, ¡increíble!, entonces todo el mundo se quedó… Además se trata de un video hecho con muy poca plata pero con humor, que eso es interesante. Cuando hay buen humor no importa el presupuesto del tamaño que sea.
Esto sigue y mi relación con Evio se despega, se separa, porque me pusieron a ser el que manejara internacionalmente la cosa. Me pusieron como un canciller viendo la fuerza que yo traía, al extremo, que renuncio.
Después Bottome me vuelve a llamar y volvemos a hacer Fonotalento en el año 1988, y es el momento donde meto a Sergio Pérez, a Elisa Rego, a Fernando y Juan Carlos, y a todo ese grupo, mientras que Evio había quedado en manos de Sonográfica, y es cuando nace el LP En un sótano de La Florida.
LP "En un sótano de La Florida", año 1987, de izquierda a derecha: Franco de Vita, Luz Marina, Yordano, Ilan Chester, Cecilia Todd y Evio Di Marzo (con la participación de Willie Colón) |
"Y eso es lo que tiene Adrenalina Caribe, precisamente, tiene un ritmo muy original, que eso lo hizo Evio, y esa originalidad es original a nivel mundial. Lo que pasó es que Venezuela se las creía todas y no se preocupó por exportar a sus artistas, ese fue el problema".
"Evio es un músico más interesante de lo que la gente se imagina, y eso es muy importante promoverlo, porque para mí era tan o más talentoso que muchos de los que estuvieron en los ochenta".
"Entonces un dato importante también fue que nosotros, y por ejemplo Evio, a pesar de ser irreverente, estábamos muy pendientes de la calidad, y ese fue un factor en los ochenta importantísimo: la calidad de sonido".
"Yo comenté a comienzos del siglo XXI, esto en el 2001, 2002, en conferencias que di en el 2005, que Venezuela tenía el movimiento musical más importante del mundo, gracias a lo que pasó con el Sistema de Orquestas Sinfónicas Juveniles, y a lo que había pasado en los ochenta".
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