Rafael Figliuolo - Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después

El músico, bajista y compositor Rafael Figliuolo con la banda Sietecuero (años setenta) / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo 

Comparto esta agradable entrevista con el músico, bajista y compositor venezolano Rafael Figliuolo, quien fue integrante de la banda Sietecuero y quien ha sido un músico querido y destacado a lo largo de toda su carrera. “Rafucho”, como le dicen todos cariñosamente, ha participado en muchísimas de las bandas reconocidas de agrupaciones y artistas venezolanos como Daiquirí, Colina, Delia, Melissa, Elisa Rego, Sergio Pérez, Luz Marina, Kiara (se pierde la lista…). Fue el creador de la banda de jazz Alquimia. Además, formó parte de las orquestas de dos grandes musicales producidos en Venezuela: “Jesucristo Superstar” y “Fama”. Ha pasado por numerosos festivales de música en varios países del mundo. En Polonia y Portugal, países en los que vivió durante algunos años, continuó su carrera junto a músicos de latin jazzflamenco y jazz. Actualmente, Figliuolo vive en la ciudad de Miami, donde continúa activo produciendo diversos proyectos musicales (pueden ver también su página WEB).

Para Rafucho, Evio Di Marzo fue un "gran músico, tremendo compositor, tremendo baterista, tremendo guitarrista, un gran cantautor". Evio, nos dice, “fue un tipo bien chévere”. También, con mucho cariño y humor, nos cuenta que no puede olvidar la pizzas que hacía Evio, que eran excelentes. Figliuolo también llegó a tocar con Adrenalina Caribe, experiencia de la que guarda muy gratos recuerdos, “tocar con Adrenalina era una gozadera”. Los dejo entonces con esta entretenida conversa…

La entrevista con Rafucho fue realizada vía Internet Miami/Caracas, el día 10 de enero de 2021


Por Beatriz Pantin

—Fuiste bajista de la banda Sietecuero, ¿cuáles son tus recuerdos de ese tiempo?

—En ese entonces estaba estudiando Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela, donde estudiaba también Yordano. Con Alberto Slezynger, estaban ambos creando el grupo Sietecuero, e ingresé como bajista en la banda. Estaba Alberto Borregales, uno de los mejores percusionistas que hoy tiene Venezuela, Bartolomé Díaz en la guitarra, después estuvo Pedro Matute que entró por Bartolomé, y que venía de una banda de rock, un muchachito que se llamaba Totoño Blanco, que en ese momento estaba muy pequeño y por supuesto Evio Di Marzo que en ese entonces tocaba la batería.



Hubo una característica muy interesante. Nosotros hicimos una gira por toda la UCV, por todos sus auditorios. Primero, comenzamos en la Facultad de Arquitectura, donde estábamos Yordano y yo, hasta llegar al Aula Magna. Buscábamos también que una disquera se interesara por el material que hacíamos. 

Sietecuero en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo
Con Sietecuero hacíamos una música realmente inédita. Cada uno de nosotros tenía sus propios gustos musicales y todo eso se juntó de alguna manera en este grupo que fue muy interesante. Unos teníamos más influencias del rock, otros del pop, otros se habían formado dentro de la música académica, otros estaban interesados en la salsa… imagínate la torta que teníamos allí.
Después conseguimos grabar un disco en Puerto Rico y sacamos Rojo sangre con la disquera Velvet. Grabamos con uno de los mejores ingenieros de sonido que había para ese momento, Fred Weinberg. Estuvimos viviendo un mes en Puerto Rico y nos convertimos en una familia. La cosa salió muy bien. Surgió una gran hermandad entre nosotros. 

Rafael Figliuolo durante la grabación del único LP de Sietecuero, Rojo Sangre, en Ochoa Recording Studios, San Juan de Puerto Rico (año 1978)

Álbum Rojo Sangre de Sietecuero (Velvet, 1978), en contraportada, de izquierda a derecha: Giordano Di Marzo, Totoño Blanco, Alberto Borregales, Evio Di Marzo, Alberto Slezynger, Bartolomé Díaz y Rafael Figliuolo

Entonces seguimos tocando después de grabar el disco, e hicimos una travesura que fue incluir al “Chamo candela”, a Luisito Quintero, el sobrino de Nené Quintero, en la banda. Luisito tenía en ese momento 11 años. Lo pusimos a tocar bongó y percusión, y entonces de allí surge “Chamo candela”, una de las canciones más famosas de Daiquirí. Dimos un concierto con Sietecuero que se consigue en Internet, en un teatro, el Teatro Alcázar, antes de que fuera demolido...

Tema "Chamo candela", con la banda Sietecuero y la participación de Luisito Quintero, en el Teatro Alcázar en Caracas 

Después Alberto Slezynger se va a estudiar a los Estados Unidos y el grupo se disuelve. Luego Evio hizo su propio proyecto, Yordano y Alberto Slezynger también hicieron el suyo, y así… Alberto Borregales se fue con Adrenalina Caribe, donde también estaba Orlando Poleo, que es uno de los mejores congueros venezolanos.

Yo me convertí en músico de grabaciones, en músico de giras. Entonces empecé a tocar con Daiquirí, Colina, Elisa Rego, Sergio Pérez… Bueno, la lista es interminable, yo ni me acuerdo (risas). Teníamos también grupitos para tocar de noche. Toqué en un grupo en donde Elisa Rego era corista y recuerdo que una noche ella tuvo que hacer de cantante principal y de allí sacamos un grupo que se llamó Estrés. Le pusimos así por todo lo que pasamos esa noche (risas). Fue uno de los grupos que más tocó por toda Caracas, creo que duramos 3 años, y de los que mejor cobraban (risas). Creamos un sonido y de allí arranca Elisa Rego como solista y artista de Fonotalento con Alejandro Blanco-Uribe. Yo toqué mucho con Elisa después.


Adrenalina Caribe / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo

Por esos años, también toqué con Adrenalina Caribe. Evio Di Marzo me llamó después en algún momento, porque siempre estuvimos en contacto, ya tenía su local en La Florida, Fandango, donde ensayaba todo el mundo, y me invita a tocar con Adrenalina Caribe
Fue una experiencia maravillosa porque Adrenalina Caribe sonaba increíble. Todos eran músicos muy buenos. Así que pasamos momentos extraordinarios. Recuerdo en especial una vez que toqué con ellos en Chacaíto y eso fue una locura, era tanta la adrenalina que había (risas), que Evio puso a la gente a brincar. ¡Gozamos un puyero!
—Como dices, Sietecuero fue toda una innovación y una búsqueda entre gustos y distintos géneros musicales, ¿recuerdas el tema de Evio, “Arrabalera”?

—Ese es un tema que se discutió mucho a la hora de incluirlo, porque era algo diferente a lo que habíamos planteado. Pero fíjate que quedó como uno de los más pegajosos, quizá porque era uno de los más sencillos, entre todo ese repertorio más complejo donde intentábamos fusionar el rock con el funk, con los ritmos afrocaribeños.

De izquierda a derecha: Bartolomé Díaz, Fred Weinberg, Evio Di Marzo y Yordano, en la grabación del único LP de Sietecuero, "Rojo Sangre", en Ochoa Recording Studios, San Juan de Puerto Rico (año 1978)
Este tema "Arrabalera", que Evió tocaba con su guitarra de 12 cuerdas, tiene lo que se llegó a ver después durante toda su carrera. Además de buena música, Evio componía unas letras muy bonitas. Evio se convirtió en un gran cantautor. Recuerdo que cuando tocábamos “Arrabalera” en vivo, la gente se volvía loca (risas).

Tema "Arrabalera" en vivo, compuesto e interpretado por Evio Di Marzo, con la banda Sietecuero Teatro AlcázarCaracas 
 

—¿Cuáles son los temas que más recuerdas de Adrenalina Caribe?

“De dónde viene tu nombre” es un tema bellísimo. “Pico y pala” es muy bueno. “Yo sin ti no valgo nada” es otro de los temas que me encantan. Pero te voy a decir, en mi opinión, en todos los LPs de Adrenalina Caribe hay canciones muy buenas. Disfrutábamos mucho tocar todo esto en vivo. Era un placer tocar con Adrenalina Caribe. Para mí todos fueron éxitos.

Tema de Evio Di Marzo "De donde viene tu nombre"  tocado por Evio con el cuatro en la playa / Video subido por Evio Di Marzo

—¿Qué puedes destacar de Evio como artista y de la relación de amistad que tuviste con él?

—Yo tuve la suerte de conocerlo jovencito cuando integramos Sietecuero. Recuerdo cuando ensayaba con ellos. Los padres de los Di Marzo eran un amor conmigo y muchas veces compartí con ellos. Igual que Giogia, su hermana. Siempre los recuerdo a todos con mucho cariño.
Evio Di Marzo fue un gran músico, tremendo compositor, tremendo baterista, tremendo guitarrista, un tipo bien chévere, Evio era un tipo que siempre te llevaba la contraria (risas). No había paz (risas). Tremendo amigo...
A veces me conseguía a Evio por ahí, por la ciudad, y era una nota. Nos quedábamos hablando un rato, nos tomábamos un café. Me decía que había que arrancar con otras tendencias. La última vez que nos encontramos hablamos como una hora. Pero además, no puedo dejar de mencionar las pizzas de Evio. Todavía las recuerdo. Eran buenísimas. Marcaron una tendencia.


—¿Cuándo te fuiste de Venezuela?

—Después de que tuve a mi hija y por el trabajo que tenía mi esposa, que recibió una oferta para trabajar en el exterior, nos fuimos a Polonia. Como en el año 2000. Nos fue muy bien. Empecé a conocer a muchos músicos de allá que valoraban bastante lo latino, los ritmos latinos. Participé en los festivales de música de Berlín, visitábamos a la par otras ciudades en Alemania y otros países europeos, y me empecé a relacionar con toda clase de músicos. En Polonia hice trabajos con músicos de flamenco. Me encariñé mucho con toda esta gente también. Aunque los inviernos eran muy fuertes. Pasamos tres inviernos allá. 

Después nos fuimos para Portugal. Allí era diferente. Era un país más pequeño. En Polonia la gente quería conocerte, en Portugal el ambiente era más cerrado. Me relacioné con músicos de jazz y me convocaron a participar en clínicas de jazz. Regresamos a Venezuela, que ya era un país diferente y por los años 2012 o 2013 nos vinimos a Miami. Es otra onda por supuesto. Aquí estoy haciendo mis cosas. Estoy trabajando con gente de Europa y estoy dedicándome a desarrollar a algunos proyectos. Vivo a tres cuadras de la playa…

Evio Di Marzo / Foto: Cortesía Rossana Di Marzo
Te voy a contar otra anécdota de Evio. Son muchas historias inolvidables con él… Recuerdo una vez que Caracas estaba toda trancada por el tráfico… ¡Evio era un tipo genial! Nunca olvidaré el día que teníamos que llegar al Aeropuerto y entonces Evio manejó como un piloto de carreras, en medio de la tranca… ¡Pero llegamos vivos! (risas)…

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