La entrevista con Carlos Guzmán fue realizada el 6 de diciembre de 2018 en la Editorial Contrapunto.
Carlos Guzmán fue el ingeniero de sonido de "Pico y pala", el primer LP de Adrenalina Caribe, producido por Ilan Chester. El disco fue grabado en los estudios Sonomatrix de Discomoda. En esta agradable entrevista, Carlos Guzmán nos habla de algunos de sus recuerdos e impresiones de lo que fue el proceso de grabación de este primer disco, de los resultados, y de su apreciación personal acerca del trabajo musical y artístico de Evio Di Marzo y Adrenalina Caribe.
Carlos Guzmán fue el ingeniero de sonido de "Pico y pala", el primer LP de Adrenalina Caribe, producido por Ilan Chester. El disco fue grabado en los estudios Sonomatrix de Discomoda. En esta agradable entrevista, Carlos Guzmán nos habla de algunos de sus recuerdos e impresiones de lo que fue el proceso de grabación de este primer disco, de los resultados, y de su apreciación personal acerca del trabajo musical y artístico de Evio Di Marzo y Adrenalina Caribe.
Por Beatriz Pantin
—Carlos, bienvenido, muchas gracias por la entrevista. Vamos
a hablar primero sobre tu participación como ingeniero de sonido concretamente en el 1er LP de Adrenalina Caribe, “Pico y pala”, publicado en el año 1982…
—Bueno, primero que nada, muchas gracias por esta
oportunidad de expresarme sobre Adrenalina Caribe y sobre Evio. Yo fui el ingeniero de sonido del 1er disco de Adrenalina Caribe, “Pico y pala”. La grabación la hicimos en los estudios Sonomatrix, que pertenecían a la
compañía de Discomoda, que fue la primera que sacó el disco de Adrenalina, producido por Ilan Chester.
¡Cuántos recuerdos!, fueron muchos amigos grabando juntos. Cada uno con un carácter diferente. Tengo recuerdos muy hermosos de ese disco. "Pico y pala" fue un disco que yo llamo un disco artesanal. El disco fue llevado al estudio con una idea. Se habían hecho unos ensayos previamente, y luego, en la medida en que se fueron grabando las canciones, se fueron modificando esas ideas, fueron cambiando las situaciones, y se fue mejorando muchísimo el trabajo.
¡Cuántos recuerdos!, fueron muchos amigos grabando juntos. Cada uno con un carácter diferente. Tengo recuerdos muy hermosos de ese disco. "Pico y pala" fue un disco que yo llamo un disco artesanal. El disco fue llevado al estudio con una idea. Se habían hecho unos ensayos previamente, y luego, en la medida en que se fueron grabando las canciones, se fueron modificando esas ideas, fueron cambiando las situaciones, y se fue mejorando muchísimo el trabajo.
Hubo una cantidad de gente… En uno de los temas –lo que no recuerdo son los títulos–, Alberto Slezynger, que no era para ese momento Daiquirí, hizo unos coros afros muy interesantes, creo que en el mismo tema “Pico y pala”. Ilan Chester no era Ilan Chester. Ilan se conocía por un disco tipo Krishna que había hecho con nosotros mismos en la Discoteca, otro estudio. Pero allí estaba escribiendo, me acuerdo que lo tocaba en el piano del estudio, “Cerro El Ávila”, y nos preguntaba cómo estaba quedando. Estamos hablando de un tiempo…
De izquierda a derecha: Maribel Vila, Sergio Pérez (de espalda), Evio Di Marzo, Orlando Poleo y Carlos Puchi
Ahí
trabajaron Carlos Puchi, Orlando Poleo, Maribel Vila, Sergio Pérez, que tampoco era
Sergio Pérez, claro, era Sergio Pérez evidentemente, pero no era el Sergio Pérez
que después conocimos. Él hizo el violín ahí en ese disco. Trabajó mucha gente... Alberto Borregales, y otros más, que después llegaron a ser los artistas que son hoy, los
productores que son hoy, los arreglistas que son hoy.
"En aquel momento era como muy novel todo. Yo ya traía una historia como ingeniero de sonido y, sin embargo, Adrenalina Caribe fue para mí un reto, por lo complicado de la estructura de la grabación y por el tipo de estudio en el que estábamos trabajando".El estudio tenía muy buenas herramientas, muy buenos hierros, pero no tenía buenos técnicos de mantenimiento, por una política que tenía la empresa, y nos tocó a nosotros enfrentar eso en las madrugadas. Tuvimos que mezclar y volver a alinear equipos a media noche en contra de la voluntad de los propietarios del estudio. Lo teníamos que hacer a media noche pa’ que no vieran que le estábamos metiendo destornilladores a las máquinas (risas).
"Evio en ese aspecto de la grabación era muy delicado, si se quiere, maniático, con el trabajo de grabación".Evio llevó a colegas muy queridos y respetados por mí, para que supervisaran mi trabajo, y le decían:
—Pero ¿para qué quieres tú que lo supervisen, si es Carlos? (risas)... Pasaban ese tipo de cosas...
Y Evio me decía:
—¡No, no, no... pero es que quiero a otro que me diga si estamos bien en la vaina! (risas)...
—¿Cómo fue el proceso de grabación de Adrenalina para aquel momento?, digamos, desde que Evio mostraba la
primera idea hasta que la canción quedaba lista para el LP…
—Era
complicado porque se hacían muchos cambios. Después de que se cumplía el objetivo,
se mejoraba y mejoraba, luego tú escuchabas al mismo músico aportando, bien
fuera con el saxo, o Sergio en el violín: ‘Oye, yo creo que puedo hacer esto
mejor'. Los músicos se iban para la casa con una idea y volvían, y decían: ‘Mira, yo creo que puedo
superar lo que toqué ayer’, porque no había partituras, era algo muy creativo,
o sea que cada quien iba sacando de lo que sabía y podía hacer. Y era un
momento en el que también se iniciaban con este tipo de temas.
"Yo siento que las canciones de Evio, en particular, tenían mucha fuerza en el mensaje".Y, como te comente a ti, fuera de cámara, esas canciones fueron hechas antes del año 1982, y si tú escuchas ahora el material de ese disco de “Pico y pala”, está actualizado como si hubiese sido hecho hace una semana. Sus temas podrían estar totalmente en el mercado. Yo pienso que fueron mal promocionados, y todavía.
Tema "Pico y pala"
Como
ingeniero de sonido, siento que fue una responsabilidad muy amplia porque hubo mucho
trabajo. Tuvimos que grabar con un estudio muy amplio, muy grande de tamaño, porque grabábamos las sesiones, que si batería, bajo, timbal, teclado,
todo, simultáneamente. No como se hace hoy en día, que tú grabas un teclado,
luego grabas un bajo, y te ocupas de ponchar, que es corregir la nota mala.
En ese momento, si ibas a corregir, tenías que corregir a los 8 o más músicos en simultáneo, donde uno tenía un error y los demás no, o sea que había que trabajar y tener experiencia del trabajo que se hacía y luchar con 7 u 8 personas, cada uno más loco que el otro, con un carácter más loco que el otro, quizás todos muy genios, inclusive en su trabajo –porque es el trabajo que sabemos hacer y continuamos haciendo–, pero donde había enfrentamientos y donde parecía que te ibas a matar con el otro. Pero eso no era más que el momento explosivo de ‘estoy harto’, ‘me paro de esta vaina’... Entonces te ibas a caminar por un estacionamiento y volvías al rato...
En ese momento, si ibas a corregir, tenías que corregir a los 8 o más músicos en simultáneo, donde uno tenía un error y los demás no, o sea que había que trabajar y tener experiencia del trabajo que se hacía y luchar con 7 u 8 personas, cada uno más loco que el otro, con un carácter más loco que el otro, quizás todos muy genios, inclusive en su trabajo –porque es el trabajo que sabemos hacer y continuamos haciendo–, pero donde había enfrentamientos y donde parecía que te ibas a matar con el otro. Pero eso no era más que el momento explosivo de ‘estoy harto’, ‘me paro de esta vaina’... Entonces te ibas a caminar por un estacionamiento y volvías al rato...
"Todo el mundo aportaba, pero era para un bien colectivo del trabajo que sí se lograba, ahí están las pruebas en los discos".
"Evio fue un músico excelente, brillante, realmente bueno, yo diría, si no el mejor, uno de los mejores, y entre esos tres estaría Evio Di Marzo, aunque muchos piensen de otra forma, yo sí pienso que es así".
Y a pesar de que Evio no escribiera música, una partitura como tal –que eso hace que a lo mejor alguna persona crea que es mejor
porque escribe y a lo mejor el que escribe una partitura tiene un talento muy
particular que es el de escribirla–, tenía el talento de hacerla, se le hacía natural, tenía un don particular que podía expresar y hasta llegar a saber lo que quería que tocara otra persona, porque Ilan tampoco escribe, o no
escribía para aquel momento, no sé si ahora escribe.
En aquel momento nos pasaba algo bien interesante que era que Evio le tarareaba a
Ilan, que tampoco escribía, lo que él quería que hiciera un instrumento. Decía Evio:
—Bueno, yo quiero que el violín haga 'chan, chan, chan'…
Entonces Ilan buscaba en el piano 'chan, chan, chan'…, y después le decía al otro músico:
—Mira, yo quiero que hagas 'chan, chan, chan'… (risas)
¿Entiendes?, se hacía en cada caso o según el instrumento que se iba a tocar. Luego se hacían mil tomas y en eso invertíamos un tiempo, hasta lograrlo... ‘¡Coño!, ¡esto era lo que íbamos a tocar!’…
Evio Di Marzo y Maribel Vila
—Bueno, yo quiero que el violín haga 'chan, chan, chan'…
Entonces Ilan buscaba en el piano 'chan, chan, chan'…, y después le decía al otro músico:
—Mira, yo quiero que hagas 'chan, chan, chan'… (risas)
¿Entiendes?, se hacía en cada caso o según el instrumento que se iba a tocar. Luego se hacían mil tomas y en eso invertíamos un tiempo, hasta lograrlo... ‘¡Coño!, ¡esto era lo que íbamos a tocar!’…
Evio Di Marzo y Maribel Vila
—Y dentro
de las historias que viviste, ¿qué cosas recuerdas con más satisfacción?
—Mira,
hicimos unos coros con Maribel Vila, lo que pasa es que no recuerdo los nombres
de los títulos de las canciones, que fue un trabajo muy hermoso, y que no se
había planteado, y Maribel lo hizo en la consola, estando al lado, los tarareó,
le salieron de inspiración, e Ilan los escuchó y los escuchó también Evio.
Entonces comentamos sobre ese trabajo y la inclusión de eso en el tema, ¡y eso
quedó tan bonito!, y fue hecho así.
Es decir, eso salió del colectivo, allí, y Maribel aportó porque lo sintió en un momento y cantó sobre algo en off, mientras los músicos tocaban, y eso fue incluido, y así como eso hay mucho con tal cantidad de cosas muy hermosas dentro de lo que pasó en la grabación...
—La pasaron bien…
Es decir, eso salió del colectivo, allí, y Maribel aportó porque lo sintió en un momento y cantó sobre algo en off, mientras los músicos tocaban, y eso fue incluido, y así como eso hay mucho con tal cantidad de cosas muy hermosas dentro de lo que pasó en la grabación...
—Excelente,
y los breaks de compartir eran hermosísimos, porque era como una familia, todo
el mundo amigo de todo el mundo, y ese receso que supuestamente era para
descansar de todo lo que estábamos criticando del trabajo, lo que
podíamos mejorar, lo que se podía hacer en el tema que venía, era no parar de
trabajar, y eran horas y horas, porque entrábamos a las 9:00 o 10:00 de la mañana y eran
la 1 o las 2 de la mañana y estábamos allí, 100, 200 horas en eso…
De izquierda a derecha: Maribel Vila, Carlos Puchi, Orlando Poleo, Ilan Chester y Sergio Pérez
De izquierda a derecha: Maribel Vila, Carlos Puchi, Orlando Poleo, Ilan Chester y Sergio Pérez
—¿Cuál era la búsqueda de ustedes, para ese
momento, como artistas y profesionales?
—Pienso
que todos estábamos claros sobre eso. Estábamos trabajando en un
objetivo que era poner de moda algo que sabíamos que no era fácil. Para muchas emisoras de radio iba a ser difícil transmitir esos temas en ese momento. Yo creo que ni pagándoles la payola, los iban a poner. Es decir, a los tipos les chocaba cuando escuchaban esas letras
fuertes, y nosotros estábamos claros en eso, pero sabíamos que si nos
esforzábamos para que el disco tuviera una calidad en la grabación de los músicos, en
los arreglos, etc., íbamos a lograr penetrar, y sé que se logró, porque se logró,
indiscutiblemente.
—Para
cerrar Carlos, quisiera que hablaras sobre tus impresiones, ya personales, de
Evio, ¿qué cosas quieres decir?
—Yo fui un seguidor de Evio, primero, por una gran amistad muy bonita, desde antes de Adrenalina, y tengo muchas anécdotas con Evio fuera de lo que es un estudio de grabación, al nivel de las pizzerías, desde la primera que montó en La Florida hasta la que montó después en Los Palos Grandes, y fui a algunos de sus conciertos, no voy a decir que a todos, porque en algunos estaba trabajando con otra banda...
—Yo fui un seguidor de Evio, primero, por una gran amistad muy bonita, desde antes de Adrenalina, y tengo muchas anécdotas con Evio fuera de lo que es un estudio de grabación, al nivel de las pizzerías, desde la primera que montó en La Florida hasta la que montó después en Los Palos Grandes, y fui a algunos de sus conciertos, no voy a decir que a todos, porque en algunos estaba trabajando con otra banda...
Puedo
contar varias cosas. Voy a tratar de contar dos anécdotas por el tiempo...
Cuando Adrenalina estaba grabando su segunda producción, que ya la estaba haciendo con la gente de Telearte, que era Sonográfica, así como Sonomatrix era Discomoda, Sonográfica pone una promoción que dice: 'Espere lo nuevo de Adrenalina Caribe, ya viene Adrenalina Caribe', y yo lo estoy viendo de noche en TV, en mi casa, no había cable, y entonces me digo: ‘Oye’...
Al día siguiente llego y le digo al presidente de la compañía, César Roldán, y le comento a Clemente Peña, que era de la parte de promoción, una idea sobre ese material. Cambiamos la portada y volvimos a sacar el primer disco que era de Discomoda, y se lo llevamos a los vendedores diciéndoles: ‘Mira, este es el disco de la cuña en televisión, espera lo nuevo, espera lo nuevo…’, cuando llegaron los de Sonográfica les dijeron: ‘Pero si ya lo compramos’ (risas)... 'Pero no es ese, es este'…
Evio cogió una rabieta conmigo y con todos, que fue un espectáculo. Pero entendíamos que era el negocio del disco, así funciona la industria discográfica, eso, por esa parte.
Cuando Adrenalina estaba grabando su segunda producción, que ya la estaba haciendo con la gente de Telearte, que era Sonográfica, así como Sonomatrix era Discomoda, Sonográfica pone una promoción que dice: 'Espere lo nuevo de Adrenalina Caribe, ya viene Adrenalina Caribe', y yo lo estoy viendo de noche en TV, en mi casa, no había cable, y entonces me digo: ‘Oye’...
Al día siguiente llego y le digo al presidente de la compañía, César Roldán, y le comento a Clemente Peña, que era de la parte de promoción, una idea sobre ese material. Cambiamos la portada y volvimos a sacar el primer disco que era de Discomoda, y se lo llevamos a los vendedores diciéndoles: ‘Mira, este es el disco de la cuña en televisión, espera lo nuevo, espera lo nuevo…’, cuando llegaron los de Sonográfica les dijeron: ‘Pero si ya lo compramos’ (risas)... 'Pero no es ese, es este'…
Evio cogió una rabieta conmigo y con todos, que fue un espectáculo. Pero entendíamos que era el negocio del disco, así funciona la industria discográfica, eso, por esa parte.
"Evio era un tipo complicado, difícil, pero bella persona. Él era un hombre de muy buenos sentimientos, un tipo muy tranquilo, muy justo, un tipo bien justo en las cosas, quizá de maldecir, no de maldición, sino de mal hablar en un momento determinado, por su fuerza, porque era temperamental, era un tipo impulsivo para hablar, quizá por sus estudios universitarios, por su talento musical, por las cosas que él pensaba...".Estábamos en un medio donde había muchas personas que pensábamos distintas cosas, y los pensamientos de Evio a lo mejor no estaban tan claros para muchos músicos en ese momento, ¿entiendes?, lo que él visionaba, lo que él quería decir sobre justicia, sobre igualdad, a lo mejor no le parecía normal a otras personas, a pesar de que éramos una agrupación donde había músicos de todos los niveles y de todas las situaciones sociales, porque ahí se iniciaron músicos que venían de Sarría, de San Agustín, y tampoco eran usuales en todos los movimientos musicales –quizá en Vytas Brenner en una época que juntó esos niveles de músicos–, porque aquí normalmente el músico ha tendido a ser elitesco…
—¿Cuáles
canciones de Adrenalina te gustaban más?
—Yo tengo
una especial simpatía por un tema que es “Corazón moro”. Es uno de los temas
que más me gustan de Evio y Adrenalina, lo suelo escuchar todavía. Y te lo puedo decir, porque
es mi realidad, yo soy un hombre casado ocho veces y con las últimas 5 he ido
con ese tema (risas)…
—Ha
funcionado (risas)…
—Sí, y con
esto me van a matar (risas)…
Tema "Corazón moro"
Como músico,
Evio fue supertalentoso. Evio hizo cosas muy importantes para la música y las dejó
pues plasmadas en esos discos, en sus conciertos y hasta en las echaderas de
broma cuando hacíamos fiestas. También en el sótano de La Florida, donde
compartí muchísimo.
"Fueron tiempos bellos, muy hermosos, y bueno, Evio Di Marzo"...
(*) Tema subido en Youtube por José Cheo Guevara
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