Javier Anguera - Serie "Todo mayo: Evio Di Marzo y su Adrenalina Caribe, antes y después"

Javier Anguera, músico venezolano saxofonista, flautista, percusionista, de amplia trayectoria nacional e internacional

Esta entrevista con Javier Anguera fue realizada el 5 de noviembre de 2018 - Vía Skype / España-Caracas (y en Caracas desde la Editorial Contrapunto). 

La conversación con Anguera fue franca y divertida, sin censura, y aunque no se acordaba de mucho, según él, al ir contando, fue recordando y reconstruyendo una semblanza del ambiente de esos tiempos vividos por los músicos en Caracas, en los años 1970 y 1980, y de otros tiempos más recientes, comentándonos también parte de su propia historia como músico saxofonista, flautista, percusionista, de amplia trayectoria nacional e internacional...

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Por Beatriz Pantin

—Formaste parte del primer disco de Evio Di Marzo y Adrenalina Caribe, “Pico y Pala” (1982), como saxofonista, ¿cómo fue ese momento para ti?

—Tú sabes que en esa época nosotros trabajábamos con Adrenalina Caribe, con Evio, con Yordano, estábamos en Sonográfica. Yo estaba también con el Grupo San Francisco, en la época de las telenovelas, con Ilan Chester, Daiquirí, que era Alberto Slezynger, ¡imagínate!, estoy hablando de hace más de treinta años, y ya son más de cuarenta años de haber trabajado con Aldemaro Romero, con la Billo’s Caracas Boys, con Los Melódicos, con Porfi Jiménez

Éramos músicos que estábamos todo el tiempo juntos. Es más, Carlitos Puchi, que grabó el bajo, era un chamito, él tendría como 18 años. Orlando Poleo también era un chamito, que después se fue para París, Ilan Chester, ¡imagínate tú!, están los años que trabajamos en el Hotel Tamanaco. 

En los hoteles trabajábamos todos los músicos y grabábamos todos los días con muchos artistas. Con Ilan grabé muchos discos. Trabajamos en la época de Mayra Martí, Mirla Castellanos. Entonces con Adrenalina Caribe, me contactaron por medio de Ezequiel Serrano. Me acuerdo que matamos varios tigritos. Pero eso fue hace bastantes años, y ya uno está pure (risas).

Yo fui también fundador de Aditus, o sea que yo era un músico ya en aquella época de los medianos, y así como con Adrenalina, nosotros colaborábamos con mucha gente. Éramos los músicos que estábamos en el momento en grabaciones con Ezequiel Serrano, Benjamín Brea. Tú no conociste muchos músicos porque tú eres muy jovencita también. 

—No, yo no soy muy jovencita (risas)...

—No voy a decir muchas groserías. Tú sabes que aquí en España no hay censura, entonces claro a veces se me puede salir un coño (risas).

Aparte nosotros nos reuníamos porque los músicos trabajábamos en las noches. Trabajé años en Juan Sebastian Bar, en la época buena, tú lo conoces, después también en The Place, entonces ahí iban todos músicos, iba Luis Oliver, que en paz descanse también. 

Luis Oliver, que era el arreglista, nos llamaba a nosotros para tocar, ¡imagínate la cantidad de arreglos que hizo él para mucha gente! Siempre los músicos caían en las noches, y ahí, bueno, los chistes, la jodienda, la echadera de vaina... la pasábamos chévere, siempre estábamos en contacto. De repente, ‘mira, coño, ¿tú puedes grabar mañana o el viernes, que Adrenalina está haciendo una cuestión?’, 'sí, dime a qué hora', y nos íbamos para allá y entrábamos en contacto con toda la gente.
"Fue una época bonita tanto de Ilan, como de Adrenalina, Yordano, del Grupo San Francisco, de Daiquirí, ¿ves? Te estoy hablando ya de hace casi cuarenta años chama".
Era pura echadera de vaina, vacilón, y a la hora de grabar, éramos gente organizada y con experiencia a la hora de la grabación, pues lo hacíamos con toda la seriedad que se le da a cualquier artista, porque aparte éramos compañeros. Por ahí Evio salió más fuerte, como todo, es cuestión de tiempo. Él hizo más conciertos. Sé que hice varios conciertos con él, pero no me acuerdo, son muchos años, son demasiados recuerdos...


En portada del 1er LP de Adrenalina Caribe, "Pico y pala", año 1982, de izquierda a derecha: Carlos Puchi, Néstor Pérez, Maribel Vila, Evio Di Marzo, Sergio Pérez y Orlando Poleo

Músicos

Evio Di Marzo: Voz líder, guitarra 12 cuerdas, guitarra eléctrica, cuatro, batería y percusión
Ilan Chester: Piano y batería
Maribel Vila: Vocalista
Carlos Puchi: Bajo, percusión y coros
Orlando Poleo: Congas, batá (Itole), percusión
Alberto Borregales: Timbal, bongó y percusión
Néstor Pérez: Bongó, batá (Okongolo), percusión
Sergio Pérez: Violín
Ezequiel Serrano: Saxo (tenor y alto), flauta
Javier Anguera: Saxo (tenor y alto)
Felipe (Mandingo) Rengifo: Batá (Iya), Chequere
Alberto Slezynger: Voz “Ambiente” al final de “Pico y pala”

Arreglos

Evio Di Marzo
Ilan Chester
Luis Oliver 

Grabado en estudios: Sonomatrix
Técnico de grabación: Carlos Guzmán
Una producción Mucer Internacional
Dirigida por Ilan Chester
Fotos: Daniel Skozdopole
Distribuye: Mucer Internacional / Cables: Discomoda

—¿Qué recuerdas de la grabación del LP de “Pico y pala”?

—Tú sabes que yo tengo pocos LP aquí en España, y de los que tengo está “Pico y Pala”. Fui fundador también de la orquesta Las Vibraciones con Enrique Matamoros, y son tantas anécdotas y tantas historias que uno tiene… También fui el pupilo de músicos tan buenos como Benjamín Brea, estoy hablando de músicos de primera, hice cosas con el Cholo Ortiz, con El Trabuco, con Aldemaro Romero, y con las orquestas.
"Disfrutábamos. En realidad el trabajo de nosotros no era trabajo, era divertirnos, y encima cobrar billete, ¡imagínate tú!" (risas).
—¿Qué temas te gustaban de “Pico y pala”? ¿Recuerdas algún solo, algún arreglo?

—Bueno, mi amor, lo que te estaba contando, yo no recuerdo muy bien, fueron muchos temas y muchos años. Tengo los discos guardados. Tú sabes, el acetato hay que pasarlo a digital. He pasado algunos discos a digital, y me quedan estos, que ya tengo como recuerdos, como muchas cosas que grabamos en La Discoteca TH Discos. Y me acuerdo más que nada del tema “Pico y pala”, que era el temita que estaba más sabroso, de los que más disfrutamos, y de paso no me acuerdo si hice solos en algún tema porque los tengo que volver a escuchar, ya el picó no existe (risas).

Pero sí te puedo decir que había un profesionalismo total. Primero, lo que hacíamos nosotros no se estudia, tú sabes que el que compone y está metido en la música tiene un don que le da Dios, o la energía, en lo que se quiera creer.

Había muy buena energía en los arreglos y ediciones hechas por gente como Luis Oliver, estaba Ilan también, que tenía sus experiencias. Oliver era un tremendo arreglista mexicano con muchos años en Venezuela. Ese era un tipo con el que nosotros nos meábamos de la risa cuando íbamos a grabar con él, porque el tipo era un tipo simpático, y como siempre, ¿sabes?, la gente buena se nos va, y entonces, lo que queda son los bonitos recuerdos. Algún día nos iremos pa’ allá. A lo mejor ya Evio está cuadrando a los músicos. No creo en el cielo pero de repente del purgatorio pa’ arribita (risas). 'Bueno, ya tú sabes, cuando vengan pa’ acá, aquí estamos'... ¿cómo era que se llamaba el estudio de Evio

—Fandango...

—"El Fandango" del purgatorio (risas).

Nosotros no trabajábamos, nosotros disfrutábamos, y de paso, cobrábamos un dinerito, porque en esa época nosotros los músicos vivíamos bien, teníamos un caché, teníamos un respeto, teníamos un sindicato, teníamos mucho trabajo. 

¡Imagínate!, en los canales de televisión lo que se presentaba eran orquestas. Te estoy hablando de cinco saxofonistas, cuatro trompetistas, trombonistas, teclado, piano, guitarra, bajo, batería, timbalero, percusionistas. Todos los canales tenían orquestas de planta, con sueldo, desde la época de Renny Ottolina –ese era un señor que también promovió Las Voces Blancas de los Soteldo–. Todo eso viene de esa época, y viene para las orquestas de ahora de las que salen unos talentos grandísimos.
"En Venezuela siempre ha habido buen nivel, que nosotros no lo sabíamos, porque siempre uno cree que lo de los demás es mejor. Yo me acuerdo que acompañábamos los shows en el Tamanaco, y entonces, cuando llegaban los artistas norteamericanos al hotel, nosotros asustaditos, y queríamos tocar jazz, y nosotros tocamos bien es la música fusión que es latin jazz, o lo que hizo Adrenalina, lo que hizo Sergio Pérez, que fue una fusión, como lo que hizo Guaco, o grupos de España como Ketama".
Yo soy fundador de Ketama, entonces ahí se hizo una fusión, que eran los flamenqueros, los del cante jondo, e iban todos a mi casa. Les hice los arreglos y éramos también unos cuantos latinos. Entonces esa fusión flamenca que logramos con los latinos que estábamos, fue un coñazo, hicimos gira por todo Estados Unidos... Todo nos sale así, somos gente de mundo. A mí en Venezuela me llamaban “el gallego”, aunque yo me crié en Los Magallanes, y aquí en España, soy el sudaca (risas).

Yo tengo años trabajando con Camilo Sesto, he trabajado con Rafael, con Rocío Jurado, Rocío Durcal, con Operación Triunfo, de aquí de España, de donde salieron David Bisbal, David Bustamante, Rosa, Chenoa, he grabado con toda esa gente, o sea que yo he estado con los viejos, con los del medio y con los chamos, y todavía hago mis giras con Camilo Sesto. Tengo como doce años con Camilo. Estuvimos en Venezuela varias veces hace como 4 o 5 años. 

Voy mucho para Miami, Nueva York, Los Ángeles, México, varias ciudades, Colombia, Ecuador, Perú, pero ya, claro, viajar hoy en día no es la misma nota de antes. Hoy en día, con la inseguridad, te revisan, 'quítate los pantalones, quítate la camisa', te vuelven a revisar, entonces ya no es la misma onda, porque yo también ya tengo una edad en la que estoy tranquilito, tengo mi estudio en la casa. Tengo amigos en Chicago, Miami, Nueva York, y cuando necesitan algo de mis servicios, ‘bueno, mira, Javier, Anguera, yo quiero que me grabes un alto, la flauta’, y les monto todo acá y se los mando. Mato un tigrito que me conviene de vez en cuando, pero vivo ahora más de los recuerdos, como estos, que tú me estás transmitiendo ahora.

—Estoy invocando tu memoria (risas). ¿Qué recuerdas de Evio?
"(Risas). Con Evio estábamos siempre de broma y disfrutando, en realidad, compartimos todos, éramos todos lo mismo. En Venezuela, los artistas, los que llevan un nombre, ya que grabamos para muchos, no se la tiran de que son más... Todos éramos lo mismo".
—Cosa que no pasa en España, porque aquí el artista es una vaina, nos huelen. Los músicos andamos por otro lado, pero yo, mientras me den mi billete, voy para allá, me dicen la hora y mato mi tigre (risas). Es la diferencia con los artistas de Venezuela y Latinoamérica, porque yo trabajé en el Show del Recuerdo, ¡imagínate!, con La Lupe, con Olga Guillot, la negra Celia Cruz, ‘¡epa, Catire, ven!’, no es que soy catire, pero nos manteníamos en ese tono. El artista latino es distinto, gente como Chucho Avellanet, Marco Antonio Muñiz… Éramos todo lo mismo, no había "el artista", aquella cosa lejana. Al tu viajar con el europeo, ya es otro rollo, como diríamos, más come mierda, ¿me entiendes?, el artista se cree más. 

Hasta los americanos son más como los latinos. Yo estuve con Gloria Gaymur, la negra, y ella, hasta habla el español bastante bien, con ella yo tuve la oportunidad de hacer varios conciertos por aquí por España, Barcelona, Madrid, por aquí por Andalucía, y son gente encantadora, y nada que ver como cuando tú trabajas con nuestra gente. Yo estaba en un programa en Venezuela donde invitaban a todos los artistas. Ahí estuvo Ilan, Oscar D’León... con Oscar estuve también años, bueno, ¡imagínate!, cuando era La Dimensión Latina, y era otra cosa, era el disfrute total.
"Y haber conocido a Evio pues también es un don, que tú no lo conoces hasta que tú te vas, entonces disfrutamos y el nivel era que yo le decía: ‘Oye, Evio, y ¿qué te parece si esto lo hacemos así?’, ¿tú me entiendes?, no había complejos ni rollos, era de verdad disfrutar, y eso es lo que yo me voy a llevar pa’l hueco cuando me vaya pa’ allá y cuando me esté esperando arriba toda la gente buena".
—Y hablando más del ambiente en el que ustedes se movían como músicos...

—Aparte de tener que ser buenos músicos, estaba también la parte personal, la parte cultural. Entonces cuando algún chamo se desubicaba, siempre estaba el viejo que te decía: ‘Mira, carajito, no te desubiques’, ¿me entiendes lo que te digo? Siempre estaban los viejos que te decían: ‘Oye, estás haciendo el ridículo’. 

Cuando yo tocaba iba Baquedano, Santiago Baquedano, ¿no sé si tú lo conociste?, un saxofonista que era un genio, ¡pero un genio en el mundo!, y ese iba a vernos tocar y alternábamos con su grupo y con el grupo que yo tenía, y me decía: ‘Oye, Anguera, esto está cabrón, epa, mira, tienes que escuchar esto, tienes que estudiar esto’, ¡coño!, uno se que quedaba cortado, y uno echándole bolas, y después, al tiempo, te volvía a ver y te decía: ‘¡Ahora sí!'.

Era una escuela, y encima de que estabas cobrando, estabas aprendiendo y siempre tenías un profesor, podía ser un bajista, podía ser un percusionista. Siempre había alguien que cuando tú no estabas haciendo algo bien, para tu mejorar, te decían: ‘¡Mira, tienes que cambiar esto, y échale bolas, porque eso está mal!

Fueron unas épocas que lamentablemente en Europa no existen, pero como ya yo voy de retirada, ya yo estoy jubilado, pensionado (risas)…

Mi esposa trabajaba en Fonotalento con Alejandro Blanco-Uribe, Judith Martínez, que era la maquilladora de Ilan, de todos... Ahí fue donde yo conocí a mi costilla, ya tenemos 35 años, aunque yo soy divorciado, soy casado 5 veces, 3 firmadas y dos sin firmar. Ella me dice que a la tercera va la vencida (risas), ya me consiguió más cansadito también.

Mira, yo añoro Venezuela, como todos los que estamos afuera, como tú no tienes idea. A mí me ha ido muy bien aquí, yo he ganado mi dinerito, pero cada vez la cosa aquí se pone mal porque como el mundo está mal, hay una avaricia, nadie se preocupa...
"Yo, si Venezuela se arreglara, bueno, ¡qué bolas!, me voy pa’ allá. Ojalá se arreglara, porque tú sabes del clima tan rico que tenemos, las playas… Yo sería el primero que me iría para allá a disfrutar esas playas, yo añoro mucho Venezuela".

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